Transición energética: beneficios y las claves para impulsarla
La transición energética es el reto más importante y urgente para enfrentar la amenaza del cambio climático
La sociedad está en transición hacia una economía baja en carbono. La transición energética es nuestra principal herramienta para cumplir lo acordado en diciembre de 2015 en París: limitar el calentamiento global a 1,5 grados. Pero ¿qué entendemos exactamente por transición energética?, ¿por qué es tan importante?, ¿qué acciones y medidas ayudan a acelerarla? Esto es todo lo que hay que saber sobre la gran transformación del modelo energético que marcará los próximos años.
¿Qué es la transición energética?
La transición energética hace referencia a un cambio significativo y a largo plazo en el sistema energético de un país, región o a escala mundial. En otras palabras, se trata de una serie de transformaciones en los modelos de producción y consumo de la energía a través de la electrificación y digitalización de los principales sectores económicos.
A lo largo de la historia se han sucedido varios cambios en el modelo energético. El último fue el del carbón al petróleo en el siglo XX. La presente transición energética surge de la necesidad de acciones para mitigar el cambio climático. Para mantenernos dentro de los límites de calentamiento «seguros», debemos detener las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Y esto implica descarbonizar el sistema energético actual abandonando los combustibles fósiles y reemplazándolos por fuentes de energía limpia.
Beneficios de la transición energética
Además de las ventajas para el medioambiente, el actual cambio en el sistema energético tiene un impacto positivo en la economía y la sociedad. Estos son los efectos favorables más destacados de la transición energética:
Beneficios ambientales
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Disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero: La quema de combustibles fósiles emite contaminantes como el dióxido de carbono (CO2; el principal gas de efecto invernadero) y el metano (CH4). Adoptando fuentes de energía limpia se reducen las emisiones de GEI, ayudando a combatir el cambio climático.
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Aire más limpio y mejor salud: Las fuentes de energía renovables y la movilidad eléctrica reducen la contaminación atmosférica. Esto se traduce en una mayor calidad del aire y en menos problemas respiratorios y muertes prematuras asociadas.
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Soberanía energética: Las energías renovables, como la eólica o la solar, permiten depender en menor medida de combustibles fósiles procedentes de otros países y tener un suministro energético más estable.
Beneficios sociales
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Empleo verde: Desde el punto de vista social, esta transición supone una oportunidad de creación de nuevos puestos de trabajo. Los especialistas en renovables y transición energética figuran entre los empleos con más perspectivas de futuro, según el informe El futuro del empleo 2023 del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés).
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Innovación tecnológica: La digitalización de las redes, lo que llamamos redes inteligentes, proporcionan nuevos servicios para las ciudades (smart cities) y los usuarios.
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Cumplir objetivos: La transición energética es clave para alcanzar metas y acuerdos internacionales en relación con la reducción de emisiones GEI. Como el compromiso de cero emisiones netas en 2050. «Para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C […] es necesario que las emisiones se reduzcan alrededor del 45 % para 2030 [con respecto a los niveles de 2010] y que se alcance el cero neto hacia 2050», señalan desde la Organización de Naciones Unidas.
Medidas para acelerar la transición energética
La ONU Cambio Climático advierte que no vamos por la senda correcta: los planes nacionales de acción por el clima nos llevarían a un aumento de más del 10 % de GEI para 2030, en comparación con 2010. Ante esta situación, las Naciones Unidas han declarado la presente década como la de la acción climática e instan a acelerar las soluciones encaminadas a enfrentar la emergencia climática.
«La implementación debe acelerarse para aumentar la ambición en todos los frentes, incluyendo la participación de toda la sociedad, para avanzar hacia los objetivos del Acuerdo de París y responder a la crisis climática», apremia su reciente informe técnico sobre el primer balance mundial. ¿Cómo? Las siguientes son las principales acciones a favor de la transición energética y la lucha contra el calentamiento global:
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Energías renovables
Las renovables son el eje central de la transición. Esta transformación conlleva el abandono paulatino de las fuentes fósiles y su reemplazo por renovables, al mismo tiempo que se promueve el desarrollo de nuevas tecnologías como el hidrógeno verde.
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Electrificación
La electrificación de la movilidad y los consumos contribuye a la descarbonización. Sustituir la electricidad a partir de fuentes fósiles no renovables (carbón, petróleo, etc.) por la generada por energías renovables, como la fotovoltaica y la eólica, a la que más recientemente se han sumado otras como la geotérmica, hace más limpios a su vez otros sectores como el del transporte.
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Digitalización
Por último, la digitalización de la industria y las redes contribuye a mejorar la eficiencia energética. Favorece la reducción de la huella de carbono de las empresas y la sociedad, completando el proceso de transición energética.
Enfrentar el cambio climático requiere cambiar de un sistema energético dependiente de los combustibles fósiles a uno de bajas o nulas emisiones de carbono, basado en fuentes renovables, cada vez más eficientes y competitivas gracias a los avances tecnológicos. «Debemos convertir todos los compromisos con las emisiones netas cero en un movimiento mundial imparable», insta António Guterres, Secretario General de la ONU. Pero la transición energética no solo encara los desafíos de la crisis climática, también ofrece oportunidades de empleo y nos encamina hacia un modelo económico más sostenible y seguro.
Por Elisabeth Lahoz
Preguntas frecuentes sobre la transición energética
¿Qué diferencia esta transición energética de las anteriores?
Lo que distingue esta transición energética de las anteriores es la necesidad de proteger el planeta de la peor amenaza que hemos enfrentado hasta el momento: el cambio climático. Y hacerlo, además, lo más rápido posible para avanzar hacia un futuro sostenible y climáticamente neutro
¿Qué recursos naturales hay en transición?
Los recursos naturales actualmente en transición son las materias primas o fuentes renovables, que no se agotan con su uso puesto que su ritmo de regeneración es permanente a escala temporal humana; por ejemplo, la biomasa, la energía solar y el viento. A diferencia de las fuentes de origen fósil como el petróleo o el carbón, que son recursos limitados y no renovables.
¿Qué puedo hacer para contribuir a la transición energética?
Uno de los mejores modos de favorecer la transición energética desde nuestros hogares es mediante el ahorro energético. Con decisiones sencillas como reducir tu consumo de luz utilizando luminarias de bajo consumo y sistemas de control inteligente de la iluminación (smart lighting), desenchufando de la red los aparatos electrónicos que no estén en uso («consumo fantasma»), mantener los aparatos de calefacción y aire acondicionado a las temperaturas recomendadas, adquirir electrodomésticos de bajo consumo o poner la lavadora a carga completa. Todos estos hábitos nos permiten ser más eficientes en nuestro día a día y contribuir a la transformación verde.