Encaminándonos hacia un futuro sostenible

La sostenibilidad es la única receta para enfrentar la emergencia climática. Lograr un futuro sostenible es tarea de todos, ciudadanos, empresas y actores políticos, y el momento de actuar es ahora.

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La sostenibilidad es la única receta para enfrentar la emergencia climática. Lograr un futuro sostenible es tarea de todos, ciudadanos, empresas y actores políticos, y el momento de actuar es ahora.

Sostenible: Especialmente en ecología y economía, que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medioambiente.

La comunidad científica coincide: el responsable de la grave crisis ecológica que atraviesa el planeta es nuestro estilo de vida. El camino hacia un futuro sostenible pasa por repensar nuestro modelo de producción y consumo. Y la guía a seguir para lograrlo es la sostenibilidad.

¿Qué es la sostenibilidad?

El término desarrollo sostenible se utilizó por primera vez en el Informe Brundtland, y se definió como aquel que «satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones». Publicado en 1987 por las Naciones Unidas (ONU), el informe llevaba por título Nuestro futuro común.

La sostenibilidad es pues el desarrollo que satisface nuestras necesidades sin comprometer las de las generaciones venideras, pero además garantizando el equilibrio entre la economía, la sociedad y el medioambiente. Elementos estos interrelacionados y esenciales todos para el bienestar de las personas y las comunidades.

«Para alcanzar el desarrollo sostenible —señala la ONU en su Agenda 2030—, es fundamental armonizar tres elementos básicos: el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medioambiente». Estos son los ejes de bienestar sobre los que ha de construirse dicho futuro común, un futuro sostenible.

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El término desarrollo sostenible se define como «satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones».

Un nuevo modelo de desarrollo para un futuro sostenible

En 2050 seremos 9000 millones de personas en el mundo. En los próximos 50 años habrá que producir más alimentos que en los últimos 500 años, y se prevé que la generación de residuos aumente un 70 % de aquí a 2025. El calentamiento global implicará una subida del nivel del mar, traerá nuevas plagas y sequía.

Para enfrentar esta situación se requieren cambios profundos en la sociedad, las personas, los negocios y sistemas económicos. Tenemos ante nosotros un enorme desafío. Pero hay solución. La sostenibilidad se puede aplicar a todas las áreas de la actividad humana. Esta debe ser la guía para configurar las estrategias empresariales y políticas públicas.

La Unión Europea apuesta por sustituir la economía lineal basada en producir, consumir y tirar por un modelo circular en el que el valor de los productos y los materiales se mantenga en la economía el mayor tiempo posible, reduciendo al mínimo los residuos. Un cambio transversal y global que reflejan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por la ONU para 2030. Uno de estos objetivos es garantizar la producción y el consumo sostenibles.

El fin es desvincular el crecimiento económico del uso de los recursos naturales y la contaminación. La economía circular representa además una oportunidad para las empresas, a las que reporta beneficios; reducen costes y las hace más competitivas. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en los próximos diez años esta nueva economía verde generará 24 millones de empleos a nivel mundial.

Hay sectores clave a la hora de conformar un modelo de desarrollo que nos conduzca hacia un futuro sostenible, porque afectan a nuestra salud. Uno de ellos es el de la alimentación. Necesitamos una transformación en el consumo hacia una nutrición basada en dietas saludables y sostenibles; consumir de otra manera. Asimismo, en España se desperdician 7,7 millones de toneladas de comida al año, y un 42 % de este despilfarro alimentario se produce en los hogares. La Comisión Europea quiere que esta cifra se reduzca a la mitad para 2030.

Otro grave problema cuando se habla de sostenibilidad en este sector es la contaminación en la producción de alimentos. Un claro ejemplo es el de la carne. Es preciso optimizar estos sistemas —menos uso de agua, fertilizantes, pesticidas y antibióticos— para mitigar el cambio climático. Los sistemas alimentarios sostenibles pueden lograr reducciones de gases de efecto invernadero de hasta el 70 %.

¿Cómo lograr un (verdadero) futuro sostenible?

El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el órgano de las Naciones Unidas encargado de evaluar los conocimientos científicos relativos al cambio climático, es tajante: «El cambio climático es generalizado, rápido y se está intensificando». Este arroja algunos datos preocupantes, que alertan —aún más si cabe— de la necesidad urgente de un cambio:

  • De seguir la tendencia actual, limitar el calentamiento global a lo establecido en el Acuerdo de París, esto es, por debajo de los 2 ºC e idealmente a 1,5 ºC, será un objetivo inalcanzable.

  • El cambio climático ya afecta de múltiples maneras a todas las regiones de la Tierra.

  • Este conlleva una mayor intensidad de las precipitaciones y las inundaciones asociadas, así como unas sequías más fuertes.

  • Las zonas costeras experimentarán un aumento continuo del nivel del mar a lo largo del siglo XXI.

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ONU: «El cambio climático es generalizado, rápido y se está intensificando».

Sin embargo, explica el informe titulado Cambio Climático 2021: Bases físicas y aprobado por los 195 gobiernos miembros del IPCC, «una reducción sustancial y sostenida de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases de efecto invernadero permitiría limitar el cambio climático».

La energía verde es clave en este sentido. Las renovables serán fundamentales para reducir las emisiones de CO2, el principal causante del cambio climático. Es necesario adoptar objetivos de energías verdes ambiciosos, que finalmente se han marcado en un 32 % del total para el año 2030. También en lo referente a la movilidad; en 2050 todos los vehículos serán eléctricos.

En los hogares la energía deberá cambiar a favor de fuentes renovables de forma mayoritaria, y se requieren mejoras en la eficiencia energética de los edificios. Desde el 31 de diciembre de 2018, todos los edificios públicos que se construyan en Europa serán de consumo casi nulo; en el caso de la vivienda, este plazo se amplió hasta el 31 de diciembre del pasado año.

El último objetivo de desarrollo sostenible de la ONU habla de establecer alianzas. Pues únicamente podremos generar un impacto positivo en la comunidad y el planeta si creamos vínculos de cooperación y solidaridad entre los distintos actores de la sociedad. Gobiernos, empresas y ciudadanos, todos tenemos nuestro papel. Solo así nos encaminaremos hacia un #FuturoSostenible.

 

Elisabeth Lahoz


Bibliografía