Las causas del estrés en el siglo XXI

La OMS ya lo considera uno de los “trastornos del siglo XXI”. Un ritmo de vida frenético, la imposibilidad de desconectar y la sobreestimulación son algunas de las causas del estrés

causas estrés
Índice

La OMS calcula que el 25% de los pacientes examinados por el médico de cabecera presentan síntomas de ansiedad y que, a lo largo de la vida, el 15% de la población desarrolla alguno de los trastornos relacionados con esta dolencia. Solo en España existen 6 millones de personas con depresión y las consultas por ansiedad y estrés han ido en aumento. Esto tiene también su reflejo en los hábitos de las personas: en nuestro país, el consumo de antidepresivos se ha triplicado en los últimos diez años.

Con el tiempo, el estrés ha ido manifestándose de diferentes maneras adaptándose al contexto en el que se genera. Si ponemos el foco en nuestros días, la ansiedad del multitasking, el burnout o el FOMO son términos cada vez más presentes en los cuadros de salud mental de nuestro siglo, pero, ¿a qué se refieren estos términos y por qué son algunas de las causas más importantes de estrés?

La terminología del nuevo estrés

Es muy probable que ya hayas escuchado o leído los términos que hemos utilizado anteriormente, y todos están relacionados con la manera en la que interactuamos con nuestro entorno personal, laboral y, muy especialmente, con la incidencia de las nuevas tecnologías en nuestras vidas.

Multitasking: Traducido como “multitarea” en español, hace referencia a la constante división de atención a la que sometemos a nuestro cerebro dejando de enfocarnos en una tarea para intentar llevar a cabo varias a la vez.

Fear of Missing Out (FOMO): El FOMO o “miedo a perderse algo” es una de las mayores causas de adicción a las tecnologías y las redes sociales que se da hoy día, especialmente en la población más joven. El impulso de estar revisando constantemente si tenemos notificaciones o nuevas interacciones genera una alta tasa de dependencia y estrés.

Burnout: También conocido como el “síndrome del trabajador quemado” es la representación de un estrés laboral que se ha vuelto crónico en un trabajador. Se manifiesta como un alto agotamiento físico y mental, una bajada en la productividad y la motivación y problemas de autoestima.

causas estrés
Infografía: causas del estrés en el siglo XXI

¿Cómo combatir las causas del estrés?

La mejor manera de luchar contra los efectos del estrés es encontrando el origen de esas causas y previniendo todo aquello que desencadene una reacción de ansiedad o tensión en nosotros. Cada persona es diferente y puede tener métodos concretos que les funcionen más que otros, pero aquí dejamos una pequeña lista de algunas propuestas sencillas y efectivas para poner en marcha y rebajar el estrés.

  • Permítete no estar ahí siempre para los demás: Las aplicaciones de mensajería instantánea y las redes sociales son una herramienta ideal para comunicarnos, pero también han desarrollado en nosotros una cultura de la inmediatez que puede generar mucho estrés en las personas. Está bien no contestar al segundo y tomarnos nuestro tiempo para conectar con el mundo de fuera de la pantalla

  • Busca alternativas que te generen confort: Si notas que te asalta el estrés, identifica aquello que te hace sentir bien. Puede ser leer, tomar un té, meditar, escribir, hacer la comida, dar un paseo, escuchar música, estirar, regar las plantas… Es importante conocer qué nos calma y nos ayuda a relajarnos para usarlo como herramienta cuando aparece el estrés. ¡Los pequeños gestos ayudan!

  • La organización es la clave: ¿No te ha pasado alguna vez que una tarea minúscula te ha producido ansiedad y luego te has dado cuenta de que le has dedicado demasiado tiempo y te ha quitado la energía para ocuparte de algo realmente importante? Esta situación es muy común, por lo que una buena manera de frenar las causas del estrés es contar con un buen sistema de organización. Hacer listas de las tareas a realizar y ordenarlas por prioridad es un buen comienzo

  • Una cosa a la vez: Si antes hablábamos de multitasking, su antítesis es el mindfulness, una palabra que seguramente habrás leído varias veces en los últimos tiempos. La premisa del mindfulness es estar presente en lo que se está haciendo para ser consciente de las acciones. Es muy habitual que mientras estemos viendo una película miremos al móvil constantemente y respondamos a mensajes, dividiendo nuestra atención. Tener varias tareas empezadas al mismo tiempo sin finalizar genera estrés en nuestro cerebro y dispersa nuestra atención, por lo que es muy recomendable enfocarnos en una cosa a la vez para evitar esa ansiedad autogenerada

  • Revisa tu “dieta” en redes sociales: Una “dieta de contenidos saludable” en redes sociales puede contribuir mucho a nuestro bienestar. Echa un ojo a las cuentas que sigues y la información qué te aportan: ¿te hacen sentir bien, o te generan sentimientos como envidia, agobio o ansiedad?

Este punto es especialmente importante durante acontecimientos como atentados, tensión política o desastres naturales. Por ejemplo, durante la crisis sanitaria y la actual guerra de Ucrania se ha compartido mucha información falsa y no contrastada. Estas cifras e imágenes tienen mucho impacto emocional en los lectores, pero no siempre son ciertas, por lo que se recomienda no difundir información dudosa y esperar a obtenerla de fuentes oficiales.

  • Dale un gusto a tus sentidos: El ser humano es un animal altamente sensorial, por lo que percibir que sus sentidos reciben estímulos puede ayudarle a gestionar sus emociones, especialmente las negativas. Si estás en una situación en la que piensas que el estrés te está haciendo perder el control, toma un minuto para utilizar tus sentidos e identifica qué tienes alrededor. Puedes tocar un objeto con una textura que te agrade, como una taza de porcelana o una sábana de algodón; oler la ropa limpia, prestar atención a los sonidos que te envuelven, observar pequeños detalles o saborear algo que vayas a comer. Tu sensación de control sobre la situación será mayor y contribuirá a aliviar tu estrés.

El estrés también puede sacar algunas cosas buenas de nosotros (¿cuántos hemos afirmado que damos lo mejor de nosotros cuando trabajamos bajo presión?), pero suele traer consecuencias agotadoras y frustrantes. De acuerdo con la psicóloga Irene López, aunque el estrés puede resultar adaptativo al subir los niveles de activación y empujarnos a dar más de nosotros mismos en un momento determinado, “mantener este estado de agitación durante un tiempo prolongado termina por pasar factura, disminuyendo el rendimiento, la motivación y los recursos personales, como la concentración”.

Por esta razón, es muy importante que sepamos parar y poner límites a las situaciones que nos llevan al estrés. Recuerda, ¡la mejor cura es una buena prevención!

 

Pablo Rodríguez