La clasificación energética, un aliado para el ahorro

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Comprar un electrodoméstico, un coche o una vivienda teniendo en cuenta la clasificación energética es la mejor inversión, tanto para el bolsillo como para el planeta

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La electricidad y los combustibles fósiles (gas, gasóleo y gasolina) cada vez tienen precios más elevados. La clasificación energética es una aliada para reducir nuestro consumo y nos ayudará tomar las decisiones antes de la compra, que es cuando tienen más impacto en el ahorro doméstico. 

Puede que ahora nos lo pensemos dos veces a la hora de realizar un desplazamiento en coche o de subir la calefacción. Pero el ahorro empieza mucho antes: en el momento de la compra, que es cuando debemos fijarnos en cuán de eficiente es el producto o bien que estamos a punto de adquirir según su grado de eficiencia energética. 

La clasificación energética, en funcionamiento desde 1992, distingue entre siete clases de eficiencia, que van de la A (la mejor) a la G (la peor). Merece la pena fijarse porque de una A a una G existen importantes ahorros económicos. No en vano se dice que apostar por la eficiencia es la mejor de las inversiones, tanto para el bolsillo como para el planeta, por la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. También lo es para nuestra salud al ser el cambio climático un riesgo para la salud pública.

clasificacion energética infografía
Infografía: clasificación energética

Clasificación energética en los electrodomésticos

Todos los productos de uso común que utilizan energía para funcionar deben contar con una clasificación energética, según dictan las leyes europeas. Esto incluye desde las bombillas, al lavavajillas o el aparato del aire acondicionado. Esta etiqueta informa al comprador del consumo de energía del dispositivo que está a punto de adquirir, permite comparar dos modelos diferentes y posibilita la elección de compra según la eficiencia energética. 

La clasificación va de las letras A a la G (A, B, C, D, E, F y G) y del color verde al rojo (pasando por distintas tonalidades de verde, amarillo, naranja y finalmente el rojo). A los dispositivos más eficientes se les asigna la letra A y el color verde, mientras que a los menos eficientes les corresponde la G y el rojo

Es posible que encuentren electrodomésticos con clasificaciones A+, A++ o incluso A+++, que indicaban una eficiencia mayor a la A. Estas clasificaciones están en desuso desde el 2021, pero aún puede haber a la venta dispositivos que las contengan. El cambio responde a la cada vez mayor eficiencia de los electrodomésticos. Llegó un momento que había tantas A superiores que fue necesario revisar la normativa y realizar un reescalado al alza del etiquetado. Ahora, los A+++ son los nuevos B.

El proyecto europeo Belt (Boost Energy Label Take Up) permite calcular la diferencia de consumo entre las distintas clasificaciones energéticas. Por ejemplo: una familia con un frigorífico combi de tamaño normal puede llegar a consumir 220 kWh/año más si en lugar de optar por una A escoje una G. Son 53 euros más para el bolsillo al cabo de un año y 63 kg más de emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal gas causante del cambio climático.

Clasificación energética en edificios

Las viviendas son responsables de cerca del 17% del consumo de energía en España. Buena parte de esta energía tiene como destino la calefacción en invierno y el aire acondicionado en verano. Ambos consumos vienen determinados, en gran medida, por la propia construcción: sobre todo por la orientación (horas de insolación) y el aislamiento térmico de ventanas, puertas, paredes y tejado. Es decir, a la hora de alquilar o comprar un inmueble ya podemos tener una idea sobre si este será más o menos eficiente desde el punto de vista energético. 

Sin embargo, y a pesar de que la vivienda es una de las inversiones más importantes en términos de confort y económicos, muy frecuentemente no tenemos en cuenta los futuros gastos energéticos antes de comprar o alquilar. Esta realidad es la que persigue cambiar la etiqueta energética de los edificios, en vigor en España desde el año 2007. 

clasificación energética edificios sostenibles
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Esta etiqueta, obligatoria para las viviendas nuevas o en alquiler, clasifica las construcciones de la A a la G y del color verde al rojo (de más a menos eficiente). Se calcula que una vivienda de clase A (verde) es un 90% más eficiente energéticamente que una con clasificación G (rojo). Traducido en kilovatios, las primeras gastan 56 kilovatios/hora por metro cuadrado y las segundas, 516 kilovatios. Se ha calculado que solamente con un buen diseño se pueden conseguir ahorros de hasta un 70% en climatización e iluminación.

El 95% de las viviendas existentes en el estado español se construyeron antes de 2007, año en el que se introdujo el Código Técnico de la Edificación, que planteó importantes mejoras en cuanto a la eficiencia energética de las construcciones. Como consecuencia de esta circunstancia unida a la baja tasa de rehabilitación energética de edificios del país, la mayor parte de los edificios existentes son de clase D, E, F y G.

paneles solares en el tejado

 

 

Clasificación energética en coches y neumáticos 

En los vehículos conviven dos formas de etiquetado y clasificación: la del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) y la de la Dirección General de Tráfico (DGT). Hasta ahora, la más conocida era esta última, que es la que se puede ver pegada en el vidrio delantero de algunos vehículos. La del IDAE, que se basa en el mismo sistema que los electrodomésticos y las viviendas, empieza ahora a conocerse, puesto que de ella depende la concesión de las ayudas destinadas a comprar un coche nuevo.

La clasificación del IDAE se calcula según lo siguiente:

  • A: Cuando el consumo es un 25% inferior a la media.

  • B: El consumo es entre un 15% y un 25% inferior a la media.

  • C: Entre un 5% y un 15% inferior.

  • D: Cuando elconsumo es un 5% inferior o un 5% superior a la media.

  • E: El consumo es entre un 5% y un 15% superior a la media. 

  • F: Para consumos entre un 15% y 25% superiores.

  • G: Si el consumo es superior a un 25%.

También los neumáticos cuentan con su propia etiqueta energética. Está en vigor desde el año 2012, y no sólo informa de la eficiencia, sino también de la seguridad y del volumen sonoro que generan durante la rodadura (ruido). Igualmente, va de la A a la G y del verde al rojo. 

Para concluir, cabe tener en cuenta que, independientemente de cuán eficiente sea un electrodoméstico, una vivienda, un coche o un neumático, la mejor energía es aquella que no se consume. Es decir, no pongas la lavadora o el lavavajillas si no está aún lleno; no quieras ir en manga corta en invierno por casa; y evita los desplazamientos innecesarios en vehículo particular. Tu bolsillo (y tu salud y la del planeta) te lo agradecerán.

 

Lorena Farràs

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