Qué es el Comercio Justo, la opción de consumo solidaria y sostenible

Si compramos chocolate o un café, ¿por qué no mejor elegir uno cuya producción se ha hecho respetando y favoreciendo a todas las partes implicadas? El Comercio Justo es una alternativa al comercio convencional que garantiza que los pequeños productores y productoras perciban una recompensa justa por su trabajo. Pero además de los aspectos puramente económicos, tiene en cuenta criterios sociales y medioambientales. Esto es lo que necesitas saber sobre este sistema de comercio más honesto para las personas y el planeta.

¿Qué es el Comercio Justo y cómo funciona?

El Comercio Justo (en inglés, Fair Trade) es una forma alternativa de comercio que promueve una relación justa entre productores y consumidores. Una iniciativa de comercio libre y equitativo que arrancó en los años sesenta en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, promovida por varias organizaciones no gubernamentales (ONG), grupos y movimientos sociales.

La Organización Mundial del Comercio Justo (WFTO, por sus siglas en inglés) lo califica como «una relación comercial basada en el diálogo, la transparencia y el respeto, que busca una mayor equidad en el comercio internacional». La WFTO señala, además, que este sistema de comercio «contribuye al desarrollo sostenible ofreciendo mejores condiciones comerciales y asegurando los derechos de los productores y trabajadores marginados, especialmente en el Sur».

El sistema de Comercio Justo asegura un reparto igualitario entre todos los actores involucrados en la cadena de producción, desde las pequeñas organizaciones productoras, pasando por los distribuidores y tiendas de Comercio Justo, hasta el consumidor final. Lo hace a través de un mercado protegido con unos precios mínimos que permiten a los pequeños productores vivir dignamente, así como con inversiones en planes de desarrollo para mejorar sus condiciones laborales y de vida.

Los 10 principios de Comercio Justo

La WFTO establece una decena de principios que las organizaciones que pertenecen a este movimiento deben seguir y procurar que se cumplan. Principios relativos al respeto hacia los derechos humanos y laborales, las prácticas comerciales justas y la preservación del entorno.

Estos son los diez principios internacionales de Comercio Justo:

• Crear oportunidades para los productores y trabajadores en países en vías de desarrollo.

• Responsabilidad y transparencia en todas las etapas de la cadena de suministro.

• Relaciones comerciales justas entre productores y consumidores. Eliminando intermediarios innecesarios.

• Precios y pago justos para los productores por su trabajo, que cubran los costes de producción y les procuren un ingreso digno.

• Ausencia de trabajo infantil y forzoso. Respetar los derechos de los niños y los trabajadores.

• No discriminación, igualdad de género en el salario y libertad de asociación. Las organizaciones de Comercio Justo deben comprometerse a no discriminar a nadie por razón de sexo, religión o de cualquier otra clase, así como a respetar los derechos de la infancia y el medioambiente.

• Condiciones de trabajo adecuadas. Procurar a productores y trabajadores un entorno laboral saludable y seguro.

• Favorecer el desarrollo de habilidades y competencias. Fortalecer las capacidades de los trabajadores y entidades productoras.

• Promocionar el Comercio Justo. Facilitar información, promover la concienciación y sensibilizar a los consumidores acerca de las injusticias del comercio convencional empleando una publicidad honesta.

• Respeto y protección del medioambiente. Esto implica salvaguardar los recursos naturales y promover prácticas comerciales sostenibles. Los productos de Comercio Justo se producen según las condiciones ambientales del entorno, sin dañarlo, y fomentan las técnicas tradicionales de cultivo en cada zona.

¿Cómo saber si un producto es «justo»? El ‘sello de Comercio Justo’

La WFTO aclara que un producto es considerado de Comercio Justo cuando ha sido elaborado por alguna organización miembro de esta entidad internacional y, además, cuenta con alguna de las certificaciones que otorgan sellos de garantía de Comercio Justo. Como el sello Fairtrade de Comercio Justo, que asegura la obtención de productos de calidad con garantía de que se han respetado los derechos de los trabajadores y trabajadoras y el medioambiente.

La Organización Internacional de Etiquetado Justo (FLO) establece los estándares de Comercio Justo para los productos que lleven la certificación. El miembro español de FLO es Fairtrade Ibérica, encargada de fomentar el uso y la notoriedad de esta certificación en nuestro país. Fairtrade España se creó en 2005 y cuenta con socios como Intermón Oxfam o la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES), entre otros.

«Los productos Fairtrade son fáciles de reconocer. Tan solo hay que fijarse si el embalaje lleva el Sello Fairtrade. Todos los productos que lo lucen cumplen los estándares de Fairtrade International para el Comercio Justo», explican desde Fairtrade Ibérica. Otros sellos de garantía de Comercio Justo son el SPP, Naturland Fair o el de Fair for Life.

En este artículo hemos visto qué es el Comercio Justo y cómo con esta herramienta los ciudadanos podemos luchar contra la desigualdad. Podemos eliminar la brecha existente entre lo que los consumidores pagamos por un artículo y lo que el pequeño productor percibe por su labor. Cuando adquieres productos de Comercio Justo «ayudas a mejorar la vida de muchos pequeños productores y productoras, y a que reciban un salario digno», nos recuerdan desde la ONG Oxfam Intermón. 

Por Elisabeth Lahoz