Residuos peligrosos: qué son y cómo identificar los domésticos
Los residuos peligrosos pueden provocar graves daños ambientales y de salud, por lo que deben tratarse adecuadamente.
Cada año se producen en el mundo alrededor de 7000 a 10 000 millones de toneladas de desechos, de los cuales entre 300 y 500 millones son residuos peligrosos, según datos de un estudio publicado en la revista científica Nature Communications. Un residuo se considera peligroso cuando presenta características potencialmente nocivas para la salud humana y el entorno. Este artículo explica qué son los desechos peligrosos, cómo identificarlos de manera sencilla por sus pictogramas, cuáles generamos en casa y dónde depositarlos para evitar problemas medioambientales y sanitarios.
¿Qué son los residuos peligrosos?
Los residuos peligrosos son aquellos que, por sus propiedades intrínsecas, presentan riesgos para la salud y el medioambiente. La Directiva 2008/98/CE sobre los residuos, o Directiva marco sobre residuos de la Unión Europea (UE), los define como «residuos que presentan una o más de las propiedades peligrosas enumeradas en el anexo III».
O bien las características peligrosas que aparecen en el anexo I de la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular. Es decir, son tóxicos, inflamables, explosivos, corrosivos y de riesgo biológico. Los residuos peligrosos aparecen identificados como tales con un asterisco en la Lista Europea de Residuos, publicada en la Decisión de la Comisión 2014/955/UE.
¿Cómo identificarlos? Clasificación de desechos peligrosos
La normativa obliga a etiquetar mediante pictogramas los desechos peligrosos en función de sus características. Los pictogramas de residuos peligrosos son los siguientes:
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Explosivo. Corresponde a los residuos que, por reacción química, desprenden gases que pueden ocasionar daños a su entorno.
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Inflamable. Líquidos, aerosoles y vapores altamente inflamables.
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Comburente. Pueden desencadenar o agravar una explosión o un incendio.
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Gas a presión. Desechos que emiten gases tóxicos en contacto con agua o un ácido.
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Corrosivo. Aquellos que al aplicarse pueden provocar corrosión en la piel y lesiones oculares graves.
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Toxicidad específica. Pueden causar toxicidad en determinados órganos o efectos tóxicos agudos por aspiración, inducir cáncer o aumentar su incidencia, dañar la función sexual y la fertilidad o provocar mutaciones.
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Peligro grave para la salud y la capa de ozono. Nocivos para las personas en caso de ingestión o inhalación y para la capa de ozono.
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Toxicidad aguda. Pueden provocar efectos tóxicos agudos tras la administración por vía oral o dérmica o la exposición por inhalación.
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Ecotóxico. Son los residuos con riesgos para el medioambiente.
¿Cómo se gestionan los residuos peligrosos?
Puesto que se trata de residuos con alto riesgo, deben ser manipulados por personal especializado. Solo determinadas instalaciones reglamentadas tienen permitido almacenar y gestionar este tipo de desechos. La consideración de residuo peligroso obliga a sus productores a cumplir con unas obligaciones específicas de registro, documentación e información y a que su gestión se lleve a cabo por gestores autorizados de forma diferenciada de los residuos no peligrosos.
Los países europeos aplican una estricta legislación comunitaria, en España establecida en la citada Ley 7/2022. Esta norma se basa en tres principios: prevención de la generación de desechos como primera opción del principio de jerarquía de residuos; reutilización y reciclaje, de modo que estos sean transformados de nuevo en productos, materiales o sustancias, y eliminación como último recurso.
Residuos peligrosos domésticos, ¿qué hacer con ellos?
No solo la industria produce residuos peligrosos; en los hogares también los generamos. Son los residuos peligrosos domésticos, que incluyen: productos de limpieza y desinfección, pinturas, barnices y disolventes, insecticidas y pesticidas para jardín, aerosoles, espráis, aceites de cocina o de motor, pilas, baterías de coche, bombillas, radiografías, etc. También los recipientes y envases que los contienen se tratan como desechos peligrosos y se gestionan de manera conjunta.
Para deshacernos de estos residuos domésticos peligrosos correctamente, existen dos modos posibles. Para algunos de ellos hay habilitados contenedores específicos. Así, se pueden encontrar contenedores para bombillas, pilas o aceites usados. Para el resto de residuos peligrosos de origen doméstico, podemos acudir a los puntos limpios, que son instalaciones fijas o móviles donde se recogen de forma separada los residuos generados en los hogares.
El volumen de residuos peligrosos ha crecido un 500 % en las últimas tres décadas, y se espera que siga aumentando. De acuerdo con la Directiva marco sobre residuos de la UE, estos «plantean un riesgo mayor para el medioambiente y la salud humana que los desechos no peligrosos y, por lo tanto, requieren un régimen de control más estricto». Los ciudadanos, como eslabones de la cadena, debemos colaborar en su adecuado tratamiento depositándolos en los lugares destinados para ello.
Por Elisabeth Lahoz
Preguntas frecuentes sobre residuos peligrosos
¿Cuál es la diferencia entre residuo peligroso y residuo no peligroso?
A diferencia de los residuos peligrosos, que presentan propiedades peligrosas o características de peligrosidad (tóxicos, irritantes, inflamables, etc.), los residuos no peligrosos no poseen propiedades nocivas para el medioambiente o la salud.
Son aquellos desechos que no están incluidos en la definición del artículo 6 de la Ley 7/2022, de residuos y suelos contaminados para una economía circular. Por ejemplo, los biorresiduos o residuos orgánicos (restos de verduras y fruta, cáscaras de huevo, posos de café, etcétera), la madera, el papel, el cartón y otros residuos no tóxicos.
¿Dónde depositar los residuos peligrosos domésticos?
Los desechos peligrosos domésticos se pueden depositar, bien en contenedores específicos, bien en puntos limpios. Estos, también llamados ecocentros, ecoparques o puntos verdes, se pueden localizar en este buscador de puntos limpios de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
¿Cuáles son los residuos más peligrosos?
Los metales pesados, como el mercurio o el plomo, son uno de los residuos más peligrosos. Son contaminantes persistentes que se acumulan en el suelo, contaminan el agua y suponen una amenaza para la flora y la fauna.