El mercado de la biomasa está en alza y reclama su lugar en un futuro descarbonizado. Combustibles como los pélets o el biogás se emplean cada vez más para uso tanto particular como industrial.
Conforme a datos de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA Renovables), casi el 47 % de la electricidad en España es renovable*. La biomasa hace referencia a la materia orgánica que se origina es un proceso biológico —espontáneo o provocado— y que se emplea como fuente de energía. Si bien se sitúa por detrás de la eólica, la hidráulica o la fotovoltaica, esta energía limpia gana terreno en nuestro país.
*Fuente: Avance del Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España 2021 https://www.appa.es/wp-content/uploads/2022/11/Avance_Estudio_Impacto_Macroeconomico_Renovable_2021.pdf.
¿Qué es y cómo funciona la biomasa? Ejemplos
El concepto de biomasa tiene dos acepciones. Por un lado, alude al conjunto de las materias orgánicas vegetales o animales y, por otro, al material que procede de su transformación natural o artificial. La definición de biomasa se recoge en la Directiva 2018/2001 relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables.
Esta directiva europea define la biomasa como «la fracción biodegradable de los productos, residuos y desechos de origen biológico procedentes de actividades agrarias, incluidas las sustancias de origen vegetal y animal, de la silvicultura y de las industrias conexas, incluidas la pesca y la acuicultura, así como la fracción biodegradable de los residuos, incluidos los industriales y municipales».
Así, en el contexto energético y en términos generales, los recursos biomásicos abarcan desde los residuos de la actividad agrícola, ganadera y forestal hasta la fracción orgánica de los residuos domésticos e industriales. Incluidos los subproductos de las industrias agroalimentaria y de transformación de la madera.
¿Para qué se utiliza? Usos y aplicaciones energéticas
La valoración de la biomasa se realiza a través de unos procesos básicos mediante los que se transforma en calor y electricidad. Estos son: combustión, en la que la energía se extrae quemando la biomasa a altas temperaturas en presencia de aire; gasificación, donde se produce una combustión de hasta 1500 ºC con un agente gasificante que puede ser aire (gasógeno) u oxígeno (gas de síntesis), y pirólisis, que convierte la biomasa en un combustible útil empleando calor sin oxígeno.
Los principales combustibles obtenidos a partir de la biomasa son:
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la leña de madera cortada;
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las astillas, resultantes de la trituración de la biomasa agrícola y forestal;
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los pélets, pequeños cilindros elaborados con serrín, astillas u otros residuos comprimidos, y
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los huesos de aceituna y las cáscaras de frutos.
Combustibles listos para utilizarse en los aparatos de combustión, como calderas para calefacción y agua caliente sanitaria, estufas o chimeneas. Equipos, estos, instalados en viviendas unifamiliares, comunidades de vecinos, locales comerciales o edificios particulares y públicos.
Además de la producción de energía térmica y eléctrica para uso doméstico o industrial, la biomasa se utiliza también para obtener carbón vegetal y biogás. Este último con un amplio potencial de desarrollo en nuestro país. Así como para producir biocombustibles como alternativa a los combustibles tradicionales; los hay de dos tipos: el bioetanol y el biodiésel.
Ventajas e inconvenientes de la biomasa
Las siguientes son las ventajas más destacadas de la tecnología biomásica:
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Tecnología sostenible. Se trata de un combustible renovable y neutro en emisiones de CO2.
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Favorece la economía circular, al convertir residuos en recursos.
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Asequible y rentable. Es más económica que otras energías como el petróleo o el carbón y tiene un rendimiento elevado. Los avances tecnológicos de los últimos años han dado lugar a equipos más eficientes y con un alto grado de automatización (alimentación de combustible y retirada de cenizas).
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Limpieza forestal y creación de empleo. La movilización de biomasa desempeña un importante rol en la gestión de los montes y el desarrollo socioeconómico de las áreas rurales. La biomasa es la renovable que más empleos crea por unidad de potencia instalada. Según los últimos datos de APPA Renovables, en 2018 estas tecnologías emplearon a más de 32 000 trabajadores de forma directa o indirecta.
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Reduce la dependencia energética. El combustible obtenido a partir de la biomasa es, además, un combustible competitivo en cuanto a precio frente a los combustibles fósiles importados de otros países.
No obstante, la biomasa también presenta una serie de desventajas. En primer lugar, su instalación requiere mucho espacio pues es necesaria una zona de almacenamiento. En el proceso se generan asimismo cenizas, lo que encarece los costes operativos; aunque parte de estas pueden emplearse como abono.
Por último, cabe señalar que la biomasa verdaderamente sostenible tiene un volumen limitado, como ha explicado Adair Turner, presidente de la Comisión de Transiciones Energéticas (ETC, por sus siglas en inglés). Luego «su uso debe restringirse a sectores prioritarios donde no existen opciones alternativas de descarbonización», añadía.
Esta tecnología renovable tiene multitud de aplicaciones en distintos sectores, al aportar ventajas energéticas y económicas notables. Además, implica un bajo impacto en emisiones de carbono. La biomasa «puede hacer una contribución realmente valiosa a la descarbonización del mundo», dice Turner. Es una energía que contribuye a la transición hacia un futuro verde.
Preguntas frecuentes sobre la biomasa
¿Cuáles son las renovables que cubren en mayor medida la demanda nacional? ¿Qué puesto ocupa la biomasa?
Según la última versión del Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España (2018), publicado por APPA Renovables, las energías renovables aportaron ese año el 37,6 % de la electricidad de nuestro sistema eléctrico. Siendo la generación eólica, la hidráulica y la solar fotovoltaica las principales tecnologías de generación limpia (21 %, 10 % y 3,5 %, respectivamente).
Respecto a la biomasa, los últimos datos de la asociación junto con Red Eléctrica de España (REE) reflejan que la biomasa, el biogás, la hidroeólica y las energías marinas, agrupadas dentro de «otras renovables», aportaron el 1,4 %.
¿Qué ayudas hay para la instalación de tecnologías de biomasa?
Existen varios programas de apoyo al uso de renovables, incluidas la biomasa, en el sector residencial e industrial. Los programas de ayudas aprobados por el RD 477/2021, que coordina el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico a través del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), están vigentes hasta el 31 de diciembre de 2023.
¿Cómo se asegura la calidad del combustible de biomasa?
Tal como detalla el propio IDAE, al tiempo que el mercado de la biomasa se ha consolidado estos últimos años, con un aumento de la comercialización de este tipo de combustibles, se ha incrementado la estandarización y certificación de su calidad. Principalmente los pélets y las astillas, con las normas ISO 17225, así como con normas específicas para los residuos de los huesos de aceituna (UNE-164003) y las cáscaras de frutos (UNE-164004).