Tirar cenizas al mar en España, ¿legal o ilegal?

Tiramos del hilo para ver si tirar cenizas al mar en nuestro país es una cuestión dentro o fuera de la legalidad y exploramos alternativas para dar un homenaje especial a nuestros seres queridos

tirar cenizas al mar en españa
Índice

Despedir a un ser querido para siempre es una cuestión muy íntima, emocional y que infunde mucho respeto. Es algo muy habitual que queramos dar nuestro último adiós de una forma especial y que represente a la persona que se va. Asimismo, mucha gente deja señalado en sus últimas voluntades las instrucciones a seguir para asegurarse de que su círculo cercano sabrá cómo proceder con sus restos cuando llegue la hora. Desde hace unos años se ha extendido la práctica de tirar las cenizas de nuestro ser querido al mar, una bella y emotiva imagen que ha sido alimentada en parte por el cine y la televisión. El aumento de popularidad de este método ha requerido una intervención por parte de las autoridades, por lo que la continuidad del esparcimiento de las cenizas al mar o en otros lugares ha quedado en entredicho.

Si quieres saber más sobre qué es y qué no es ilegal en España a la hora de tirar cenizas en diferentes lugares, sigue leyendo:

¿Por qué tirar cenizas al mar?

Desde la Antigüedad han existido muchos y muy diversos rituales a la hora de despedir para siempre a familiares y amigos. Todas las culturas tienen una estrecha relación con la muerte y cada una tiene su manera particular de decir adiós. En el mundo antiguo se hacían todo tipo de oficios funerarios: enterramientos en colosales construcciones como las pirámides, embalsamamiento con ungüentos o hierbas aromáticas, incineraciones en piras monumentales, momificaciones, etc. Todas estas eran, en la mayoría de ocasiones, ceremonias de transición entre el mundo de los vivos y el de los muertos, según las creencias imperantes, y responden a un profundo respeto y consciencia del fin de la vida.

Estos métodos fueron evolucionando con el tiempo y desarrollándose de la mano de los diferentes cambios culturales. Muchas sociedades comenzaron a practicar funerales en el mar que estaban estrechamente ligados con la condición de marinero o militar de las personas fallecidas. En la época vikinga, muchos funerales eran oficiados en el agua, donde los difuntos de alta cuna eran enterrados en barcos. Asimismo, en otras culturas se lanzaban los cuerpos de los marineros en alta mar para “devolverlos a su elemento”.

En la actualidad, muchas de estas ceremonias han perdido su significado, y se apuesta más por tirar las cenizas al mar por una cuestión mucho más sentimental y de apego a un lugar o a un estilo de vida que por motivos religiosos o culturales como antaño.

El riesgo medioambiental de tirar cenizas al mar

En nuestro país existe legislación para la protección del medioambiente que pone unos límites muy estrictos a este tipo de prácticas de tirar cenizas al mar. Además, la aplicación de estas reglas está muchas veces sujeta a las competencias de las comunidades autónomas, por lo que es muy importante informarse rigurosamente de la normativa de nuestra zona. La principal razón por la que existen estas regulaciones es frenar la contaminación de los mares y océanos y salvaguardar las especies marinas.

Hay algunos elementos que, al pasar por el proceso de la cremación, generan unos desechos altamente tóxicos para el agua, como ocurre con algunos tejidos, metales, pigmentos de ciertas pinturas o algunos derivados de la celulosa y la madera tratada. Por otro lado, hay que ser muy cuidadosos con el tipo de recipiente en el que se guardan las cenizas si su destino final va a descansar en el fondo del mar. Algunos materiales como el metal o el plástico de algunas urnas son imperecederos y pueden desprender partículas nocivas y microplásticos muy contaminantes para el ecosistema marino. 

cenizas al mar
Infografía: ¿es legal tirar cenizas al mar en España?

Cómo despedir a nuestros seres queridos en el mar legalmente

La prohibición de depositar o esparcir cenizas mortuorias en la vía pública en España hizo que muchas personas optaran por tirarlas al mar, dado que hasta el momento esta práctica se encontraba amparada en un vacío legal al no considerarse el agua un espacio público. Esta situación cambió con el tiempo debido a las normativas entrantes para el cuidado del medioambiente. Así que ese acto tan llamativo y simbólico que vemos en películas y series de tirar las cenizas al mar desde un barco o un acantilado ahora conlleva un riesgo de una multa de hasta 750 euros en nuestro país.

A pesar de esto, existe todavía una manera legal de depositar estos restos en el fondo marino. Para realizarlo, se requiere una autorización expresa del por parte de la Dirección General de la Marina Mercante (DGMM) del Ministerio de Fomento o el órgano correspondiente de la comunidad autónoma en la que se vaya a realizar esta singular despedida.

Llevar a cabo este trámite por cuenta propia es extremadamente complicado, dado que la ley medioambiental es muy estricta en cuanto a los permisos. Sin embargo, son muchas las empresas funerarias acreditadas que pueden ofrecer este servicio con total legalidad y seguridad. En estos casos, las empresas facilitan una urna homologada biodegradable para evitar dañar el entorno natural y realizar un depósito emocionante y respetuoso en el lecho marino.

Ahora ya sabes cómo llevar a cabo estas últimas voluntades de las personas a las que más quieres. No solo no hay que renunciar a depositar las cenizas de nuestros seres queridos en esos lugares tan especiales donde fueron felices, sino que, además, se puede hacer de una forma sostenible y respetuosa con el medioambiente. Esta línea de actuación tanto legal como ecológica encierra en sí misma una poética conmovedora: se puede retornar para siempre a los sitios que se ha amado volviendo a ser un solo elemento con la naturaleza.

Además, en línea con la sostenibilidad ambiental, DKV creó en 2012 el primer y único seguro de decesos ecológico, DKV Ecofuneral, que permite despedirnos haciendo que nuestro último acto sea significativo, único y generoso con las generaciones futuras.  

 

Pablo Rodríguez