El cambio climático hace temer que la transmisión de enfermedades transmitidas por mosquitos invasores se intensificará en las próximas décadas
Las enfermedades transmitidas por mosquitos invasores han acompañado a la humanidad desde sus orígenes. Homero, en uno de los cantos de la Ilíada, hace referencia a la malaria, enfermedad por entonces ampliamente extendida por el Mediterráneo que debió causar estragos entre el ejército griego que asediaba Troya. Sus fiebres quedaron plasmadas en las letras de Homero, luego en las de Hipócrates y otros autores clásicos.
La patología se asoma incluso entre algunos fragmentos del Antiguo Testamento, y se ha detectado en momias egipcias de todas las jerarquías sociales. Las poblaciones europeas convivieron con la malaria durante milenios hasta que se logró erradicar en el continente a lo largo de la segunda mitad del siglo XX mediante el empleo de insecticidas. España quedó libre de malaria en 1964, en 1975 se apagó el último foco autóctono detectado en Macedonia. Ese año, Europa quedó libre de paludismo por primera vez en la historia.
Sin embargo, las enfermedades transmitidas por mosquitos dependen de una interacción compleja entre el ambiente y la susceptibilidad de las poblaciones expuestas. En esta combinación de factores, variables climáticas como la temperatura y la precipitación tienen un papel muy importante al determinar la presencia y actividad tanto de los mosquitos, como de los patógenos y las personas; especialmente de los mosquitos, organismos ectotérmicos (o de sangre fría) cuya actividad depende de las fuentes de calor externa (fig. 1).
El cambio climático hace temer que la transmisión de enfermedades transmitidas por mosquitos se intensificará en Europa en las próximas décadas. El aumento de temperaturas favorece el establecimiento y supervivencia de distintas especies de mosquito, que aumenten las tasas de picaduras, que estén activos durante más tiempo y que los patógenos se repliquen más rápido. Toda una serie de consecuencias que lleva a un mayor riesgo de transmisión de enfermedades.
Cambio climático, globalización y urbanización
Los tres factores más importantes que están detrás de la actual amenaza de las enfermedades transmitidas por mosquitos. La malaria y el dengue están expandiendo su rango geográfico. La malaria está resurgiendo en regiones donde había disminuido durante décadas, mientras que el dengue es la enfermedad viral transmitida por mosquitos invasores que crece más rápido en el mundo. El dengue se ha expandido en poco más de medio siglo hasta llegar a ser endémica en más de 120 países. Y sigue extendiéndose. Se ha estimado que para 2050 el 49% de la población mundial estará en riesgo de contraer la enfermedad, lo que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a clasificarla de prioridad de salud mundial.
La expansión del dengue no puede explicarse sin la de los dos mosquitos que pueden transmitirlo: el mosquito de la fiebre amarilla (Aedes aegypti) y el mosquito tigre (Aedes albopictus). Dos especies de mosquitos invasores adaptadas a los ambientes urbanos y periurbanos que han logrado seguir a los humanos por todos los continentes. Han pasado de aprovechar los huecos en los árboles de sus selvas tropicales nativas, a utilizar cualquier pequeño objeto humano que acumule agua para depositar sus huevos. Nuestros patios, jardines y alcantarillados son sus nuevas junglas.
Haberse adaptado a nuestros ambientes les ha permitido independizarse en gran medida de las fluctuaciones climáticas, especialmente de la precipitación. Nuestra dependencia del agua nos lleva a recogerla, almacenarla y usarla para nuestra higiene, regar nuestros huertos, jardines o limpiar nuestras calles. Cuando no llueve regamos. Incorporamos agua al ambiente. Inconscientemente les ofrecemos los principales recursos que necesitan para completar su ciclo de vida: el agua para el desarrollo de sus larvas, y sangre para producir huevos. A ello deben estas especies su éxito ecológico.
La travesía del mosquito tigre
El mosquito de la fiebre amarilla, afortunadamente, aún no está presente en España, pero el mosquito tigre nos resulta muy familiar en gran parte de la península ibérica. La especie, originaria del sudeste asiático, fue detectada por primera vez en Albania en 1979, desde donde se fue expandiendo por el mediterráneo hasta ser observada por primera vez en Barcelona en 2005. Desde entonces no ha dejado de colonizar nuevas zonas de la geografía española cambiando nuestra percepción de los mosquitos, pues a diferencia de la actividad nocturna de los mosquitos comunes del género Culex, el mosquito tigre es diurno.
Está activo y pica hasta que se pone el sol. Nos pica cuando nos sentamos en una terraza por la tarde, cuando paseamos por un parque, cuando nos juntamos alrededor de una barbacoa, es un mosquito insistente que suele picar varias veces, realizando pequeños sorbos de sangre en cada picadura. Al momento la picadura suele pasar desapercibida pero la reacción posterior puede producir grandes molestias, en ocasiones generando reacciones alérgicas que necesitan de asistencia sanitaria.
Sin embargo, no son estas molestias las que preocupan, sino su capacidad como transmisor de enfermedades infecciosas como el dengue, el Zika o la chikingunya entre otras. En la última década Europa ha experimentado el riesgo que conlleva convivir con esta especie. Croacia, Francia, Italia y España han registrado casos autóctonos de dengue, chikungunya y Zika. Enfermedades que no hubiesen podido transmitirse en estos países si no fuese por la presencia del mosquito tigre. Ninguno de estos virus es aún endémico en Europa, pero llegan constantemente con viajeros infectados desde otras regiones del mundo. El mosquito tigre puede picar a una de estas personas infectadas y transmitirlo posteriormente a una persona sana. La globalización ha permitido la colonización de Europa del mosquito tigre y permite el flujo constante de virus y otras patologías como nos ha demostrado la COVID19.
Los mosquitos invasores que podría traer el cambio climático
Las predicciones prevén que a medida que aumenten las temperaturas el mosquito tigre se desplazará hacia el norte del continente y será capaz de colonizar regiones hoy templadas. El calentamiento global también permitirá que algunas zonas del sur y este de la península ibérica sean propicias para el establecimiento del mosquito de la fiebre amarilla. Considerando las temperaturas, así como la estructura urbanística y el comercio internacional, Barcelona y Algeciras se encuentran entre las ciudades con mayor riesgo de que llegue y se establezca el mosquito de la fiebre amarilla, una amenaza para la salud pública mayor que el mosquito tigre por su mayor capacidad de transmitir el dengue o el Zika.
Son varias las predicciones que avisan de lo susceptible que es la cuenca sur del Mediterráneo a la llegada del mosquito de la fiebre amarilla, lo que hace más necesario que nunca un buen sistema de vigilancia para detectar de manera temprana futuras invasiones y llevar a cabo acciones de control para erradicarlas antes de que se establezcan. La vigilancia es uno de los objetivos de Mosquito Alert, una plataforma de ciencia ciudadana coordinada por el CEAB-CSIC, la UPF y el CREAF que permite a cualquier ciudadano notificar la observación de mosquitos transmisores de enfermedades a través de una sencilla aplicación móvil para Android y iOS (fig. 2).
El proyecto nació en 2013 para poder rastrear y estudiar la expansión del mosquito tigre por España cuando todavía había poca información de la especie. La llamada a la ciudadanía fue un éxito y sus observaciones permitieron a los investigadores detectar por primera vez a la especie en Aragón, Andalucía y en numerosos municipios donde el mosquito no había sido detectado previamente.
Vigilancia y seguimiento de mosquitos invasores
En 2018, las fotos subidas a la aplicación por un ciudadano en Asturias se convirtieron en la primera detección en España de una nueva especie invasora: el mosquito del Japón (Aedes japonicus), demostrando la eficacia de la ciencia ciudadana como sistema de vigilancia. En 2020 la aplicación se expandió a Europa, ha sido traducida a 19 idiomas europeos y ha ampliado la lista de especies que se buscan: cuatro especies invasoras del género Aedes (Aedes albopictus, Aedes aegypti, Aedes japonicus y Aedes koreicus) y el mosquito común (Culex pipiens), una de las especies implicadas en la transmisión de la fiebre del Nilo Occidental que en los últimos años también se ha expandido con las aves migratorias a Europa. La aplicación también permite hacer un inventariado de los lugares de cría de los mosquitos en los espacios públicos, así como notificar las picaduras y cuantificar de esta manera la interacción humano-mosquito y con ello el riesgo de transmisión de enfermedades (fig. 3).
Mosquito Alert no solo es un sistema de alertas tempranas, sino que cuenta con datos de abundancia de mosquito tigre en muchos municipios españoles desde 2014, con los que sus científicos están analizando la influencia de las variables climáticas y los parámetros sociodemográficos en la dinámica de la especie que permita realizar mejores predicciones en el futuro. Los miles de fotos con las que han contribuido los ciudadanos permiten realizar mapas de abundancia del mosquito tigre con una resolución temporal y espacial sin precedentes.
El sistema permite estimar el riesgo de encuentro con un mosquito en España mes a mes, modelos que se actualizan cada semana con la nueva información recibida a través de la app y se visualizan en el mapa público de Mosquito Alert. Próximamente estos modelos se mejorarán, una vez se entienda mejor como el clima afecta a la dinámica de las especies, se podrán hacer predicciones a corto plazo basándose en las predicciones climáticas pudiendo así anticipar las acciones de gestión de los mosquitos.
El cambio climático va a hacer que haya más mosquitos invasores, que puedan llegar y establecerse nuevas especies, que las especies estén activas durante más tiempo y que los patógenos que pueden transmitir se multipliquen más rápido. Una buena vigilancia y un buen seguimiento de sus poblaciones puede evitar que los mosquitos vuelvan a ser un gran problema sanitario en España y Europa. Mosquito Alert permite que todas las personas colaboren en la vigilancia, ¿quién tiene mejor información que aquellos que los padecen?
Alex Richter-Boix, biólogo y técnico de comunicación de Mosquito Alert.