Queremos ayudarte este verano

Las vacaciones están para disfrutarlas. No llevamos todo el año remando para acabar en la orilla. Nos merecemos un buen chapuzón y olvidarnos del mundo durante unas semanas. Pero los imprevistos suceden. Y queremos recordarte que estaremos ahí si lo necesitas.  

Te ayudamos en verano
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Hay dos dichos populares que, por el hecho de ser populares, no dejan de ser menos ciertos. El primero: los niños se entretienen hasta con una piedra. El segundo: en toda historia hay una moraleja. Y, si quieres saberla, sigue leyendo.

Empecemos por el primero

Era un verano de 1992. La antorcha de las olimpiadas de Barcelona aún estaba humeante. No conozco la extraña razón de por qué unos asturianos aparecieron a mediados de agosto en un hotel de Roquetas de Mar, Almería. Un hábitat sin duda inusual para una familia del norte, presencia insólita, casi como unas auroras boreales un 7 de junio en Arrecife. De entonces, yo tenía cinco años y el mundo estaba a mis pies.

De entonces, ninguno de nosotros tenía un seguro de salud -como el tuyo- que nos cubriera en caso de que sucediese algo en nuestros viajes. Pero ¿qué nos podría pasar?, pensábamos. Sigue leyendo.

Recuerdo estar en la piscina, que debía tener dos metros de profundidad, pero que para mí era la Fosa de las Marianas. En el fondo, en aquel lejano lecho marino, había una piedra, diminuta como un pendiente, que despertó en mí una inaudita pasión de servicio a la comunidad. Había que sacar esa piedra de la piscina. Alguien podría lastimarse con ella, tragársela mientras buceaba o aparecer en el riñón de cualquier incauto que apareciera por allí.

Como puedes ver, la historia pinta mal y ya se comienza a presagiar que, en algún momento de su desenlace, precisaremos ayuda médica que, con DKV, hubiéramos obtenido en un chat o una simple llamada de teléfono.

El caso es que me sumergí durante toda una tarde para tal ardua misión, porque para hacerla más heroica si cabe, me empeciné en sacarla de allí con los pies, dificultando enormemente la gesta. El resultado: una familia asturiana en la sala de espera de un centro médico de Roquetas de Mar, porque el niño, en una irracional sobrestima de sus capacidades acuáticas, tiene una otitis de caballo y una fiebre que supera los 38 grados en pleno agosto de un lugar tan remoto y caluroso -para mí- que, en esas condiciones, bien podría tratarse del mismísimo infierno.

La moraleja de todo esto...

...es bien sencilla. Unas vacaciones maravillosas pueden complicarse solamente con un niño y una pequeña piedra en la piscina. Crucemos los dedos para que no te ocurra nada durante este verano. Pero, en caso de que no sea así, es importante que recuerdes que tienes a tu disposición varios recursos que pueden hacerlo todo mucho más sencillo.

Y, además... ¡Un nuevo servicio de receta electrónica!

Vale. Es cierto que todavía no está habilitado en todas las comunidades autónomas. Es un recurso recién sacado del horno y que tenemos que ir incorporándolo al resto de la geografía española. Es una implementación de mucho calado y queremos hacerlo de forma progresiva y controlada para reducir a cero las incidencias. Si estás en Asturias, Cantabria, Canarias y Extremadura, estás de enhorabuena, porque son las CC.AA elegidas para comenzar con esta iniciativa. Además, aunque no vivas allí, también puedes solicitarlas si este verano viajas a alguna de estas comunidades.

Con esta receta electrónica te puedes olvidar del papel. Toda la gestión se realiza a través de las apps Activa DKV y Quiero cuidarme Más, ganando en comodidad, inmediatez y facilidad.

Solamente tienes que decirle a tu profesional sanitario (bien sea en una cita presencial o en consulta virtual) que te prescriba la medicación a través de la receta electrónica. ¡Y voilá! Ya la tendrás en el apartado ‘Mi Farmacia’ de Quiero cuidarme Más. Después basta con ir a tu farmacia más cercana y mostrar tu tarjeta MEDICARD® (física o digital).

Disfruta del verano y, sobre todo, cuidado con las piedras de la piscina.

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