Empleo y discapacidad: estigma y beneficios

Según el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) en el 2022 había 3.391.955 personas con alguna discapacidad, es decir, con un grado igual o superior del 33% de discapacidad. De un total de 30.656.900 personas con edad para trabajar, de este total son 1.941.900 personas las personas en edad de trabajar con una discapacidad.

¿De este total de personas, cuántas son las que trabajan? ¿A cuántas personas les han dado la oportunidad de ser contratadas por una empresa? 

Conozcamos todo sobre empleo y discapacidad; el estigma de tener contratado un empleado con discapacidad y qué beneficios tiene tenerlos contratados. 

El estigma de tener contratado un empleado con discapacidad

La Ley General de la Discapacidad (LGD) exige que las empresas con más de 50 trabajadores tengan en su plantilla un porcentaje determinado de trabajadores con alguna discapacidad no inferior al 2%.

Pero actualmente siguen siendo muchos los prejuicios que existen alrededor de la relación entre empleo y discapacidad; sobre el hecho de tener contratada a una persona con discapacidad, entre ellos podemos encontrar:

• El trabajador con discapacidad se ausentará más de su trabajo: Este es un perjuicio muy infundado y un error muy común, ya que una discapacidad no es una enfermedad sino una condición de la persona y un estado de salud permanente, esto no significa que la persona deba ausentarse más a menudo para ir al médico.

Además, un estudio sobre el absentismo realizado por Adecco encontró que las incidencias sobre ausentismo son menores en personas discapacitadas que entre el resto de trabajadores. En concreto, el porcentaje de trabajadores que se ausentan de su puesto laboral se sitúa en un 10,4%, mientras que en los trabajadores con una discapacidad se sitúa en 6,3%.

• La empresa no está adaptada para que una persona discapacitada y si necesita hacer adaptaciones estas serán muy costosas para la empresa: Las adaptaciones que se deban realizar en un puesto de trabajo no suelen ser adaptaciones a gran escala, por eso no supone un coste muy elevado para la empresa, solo mínimos ajustes. Además, la empresa también puede buscar en sus selecciones de empleados a aquella persona que teniendo una discapacidad encaje en el puesto laboral sin que deban realizarse muchas adaptaciones. Ya que existen diferentes tipos de discapacidades (intelectual, física, psíquica, sensorial etc.) de las cuales muchas no necesitan ningún tipo de adaptación. En una encuesta reciente de la Fundación Adecco, se encontró que 7 de cada 10 empresas no necesitan hacer adaptaciones cuando incorporan a su plantilla laboral una persona con discapacidad.

• Tendrá más dificultades para integrarse con sus compañeros: Tras muchos estudios se conoce que la incorporación de personas discapacitadas contribuye positivamente al clima laboral. La discapacidad de una persona es una característica más de la persona, no la define como profesional. Al contratarla, la persona siente más autonomía y experimenta un bienestar personal que influye de manera positiva hacia su trabajo y los compañeros que le rodean.

• Tendrá un menor rendimiento laboral: Se cree que contratar una persona discapacitada tendrá menos rendimiento, porque le costará más entender su posición laboral, irá más lenta, etc. Pero más allá de eso su discapacidad no será un hándicap para realizar su labor de manera eficaz. Además, se encuentra que las personas con discapacidad, por el contrario de lo que se cree, son personas muy productivas y eficientes en el desempeño de sus tareas. 

• Contratar a un trabajador con una discapacidad es costoso: Esto es totalmente falso, y es que contratar a una persona con una discapacidad ofrece beneficios y ventajas fiscales, bonificaciones y subvenciones. 

Beneficios de contratar empleados con una discapacidad

En contraposición a todos los estigmas anteriormente expuestos, contratar un empleado con una discapacidad ofrece muchos beneficios, tanto para la empresa como para todos sus trabajadores. 

Algunos beneficios que podemos encontrar en la relación empleo y discapacidad en un negocio. ¿Qué ventajas tiene el tener contratada una persona con alguna discapacidad son: 

• Ventajas fiscales: Contratar a personas que tengan una discapacidad ofrece bonificaciones económicas, dependiendo del contrato, si es a jornada completa o parcial reciben una compensación económica u otra. También subvenciones para adaptar los puestos de trabajo como son la eliminación de barreras o añadir medios de protección, también una deducción sobre la cuota del Impuesto de Sociedades y una bonificación sobre las cuotas de la Seguridad Social etc.

• Mejora el ambiente laboral: Se ha comprobado que la diversidad mejora el ambiente laboral, ya que enriquece el capital humano despertando el orgullo de pertenencia entre sus trabajadores, al sentirse afortunados de trabajar en una empresa que se fija en el talento de sus trabajadores y no en aspectos externos.

• Incrementa la competitividad de la empresa: Al incorporar personas con discapacidad la empresa fortalece su identidad y tiene un efecto positivo para la empresa, haciendo que conecte de manera más eficaz con su público, es decir, que la gente quiera entrar a trabajar a esa empresa.

• Política de recursos humanos más abierta a la diversidad: La selección de personal debe centrarse en las competencias profesionales, habilidades, valores y actitudes. Una empresa que siga estos valores refuerza la política de diversidad e igualdad de oportunidades de la compañía, fomentando una empresa sin prejuicios y en sintonía con la sociedad.

Aunque aún no son muchas las empresas dispuestas a contratar una persona con discapacidad, se puede observar que esto está empezando a cambiar y que actualmente son más las empresas que se suman a tener una plantilla de trabajadores con diversidad y que empleo y discapacidad son dos conceptos que pueden ir unidos, además de beneficios fiscales para la empresa, esta contratación tiene beneficios para todos los trabajadores y para la sociedad porque contribuye eliminar las barreras de la discapacidad. 

Por Marta Estévez