La educación inclusiva o educación en la diversidad es indispensable para que en las aulas reine un clima de igualdad. La clave es el reconocimiento de las diferencias de los alumnos, tanto en los ámbitos social y económico, como en el ámbito personal.
¿Qué es la educación inclusiva y en la diversidad?
Una educación inclusiva y en la diversidad en el aula se caracteriza por lo siguiente:
-
Está abierta a todos los alumnos
Se trata de una educación que no discrimina ni por discapacidad, ni por género, ni por cultura, ni por pertenecer a cierta comunidad, ni por el lugar de procedencia, ni por el carácter personal.
-
Es flexible
Tanto en la organización de la escuela como en el ámbito curricular. El alumnado accede, de este modo, a un currículo valioso desde el punto de vista cultural y social. La enseñanza inclusiva siempre tiene en cuenta la edad y la potencialidad de cada alumno.
-
Es participativa
La escuela debe tener una perspectiva humanitaria y potenciar las relaciones tanto dentro del propio centro educativo como en la comunidad. Debe favorecer, así mismo, la autonomía y cooperación entre los alumnos.
-
Debe buscar la mejora constante
Por una parte, se respeta el bagaje cultural de todo el alumnado, así como el ritmo de aprendizaje propio, pero, al mismo tiempo, busca siempre mejorar los procesos para lograr una enseñanza de calidad.
¿Por qué es tan necesaria la educación inclusiva?
Algunas de las recomendaciones de Edvocate, una asociación que asesora al sector educativo sobre igualdad, y de la Universidad de Queens, especialmente implicada en la naturalización de la diversidad, coinciden en que no solo se trata de un fundamento ético y moral, sino que «el clima y la cultura escolar afectan directamente el éxito de los estudiantes». Estas son las cinco razones para una enseñanza despojada de toda discriminación:
1. Porque todos necesitamos las mismas oportunidades
Una idea de diversidad total. Las escuelas no solo deben reconocerla entre los grupos raciales y étnicos amplios (por ejemplo, personas de color, asiáticos o latinos), sino que también debe reconocerse la diversidad dentro de estos grupos. Los estudiantes chinos y japoneses pueden compartir características culturales comunes por ser asiáticos, pero también tendrán trazos claramente distintos entre sí por su nacionalidad. Lo mismo ocurre con los estudiantes oriundos del lugar que provienen de entornos familiares muy diferentes, incluso de los mismos barrios. Con el fin de tratar a los estudiantes por igual, hay que darles las mismas oportunidades de éxito y el mismo acceso al currículo pero, al mismo tiempo, los docentes deben reconocer su singularidad e individualidades.
2. Porque los estudiantes son diferentes
Los profesores tienen la responsabilidad particular de reconocer y estructurar sus lecciones para reflejar las diferencias de los estudiantes. Esto anima a los estudiantes a reconocerse a sí mismos y a los demás como individuos. También fomenta la apreciación de una población escolar diversa y brinda una sensación de conexión entre patrimonios culturales dispares dentro de la cultura de una sola escuela. Reconocer y asumir nuestras diferencias es el punto de partida para tratar a los estudiantes de manera justa y equitativa.
3. Porque aumenta la seguridad
Según una encuesta de la Universidad de Queens, los estudiantes se sienten más seguros en la escuela y en la vida cuando se educan en un entorno diverso. Al aprender sobre diferentes culturas y orígenes, se sienten más cómodos con esta heterogeneidad. También, dice el estudio, les hace sentir más cómodos consigo mismos, lo que les lleva a una mayor sensación de seguridad en todo lo que hacen.
4. Porque educar en la diversidad facilita el aprendizaje
Educar en la diversidad facilita el proceso de aprendizaje en general. Si un estudiante no puede relacionar nuevos conocimientos con sus propias experiencias previas puede percibir que la información que le dan es frustrante, difícil o descartarla por completo, porque cree que está en conflicto con su ya tenue comprensión del mundo. Los maestros tienen la responsabilidad de buscar los componentes culturales que los estudiantes ya poseen, para ayudar a construirles un marco para la comprensión. Algunas corrientes pedagógicas educativas se refieren a este proceso como «andamiaje».
5. La educación inclusiva mejora el rendimiento del alumnado
La diversidad entre los estudiantes en la educación afecta directamente su rendimiento. Los estudios realizados por la Universidad de Queens muestran que los estudiantes trabajan mejor en un entorno diverso, lo que les permite concentrarse y esforzarse más cuando hay personas de otros orígenes que trabajan junto a ellos. Educar en la diversidad promueve, además, la creatividad, así como una mejor educación, ya que aquellos con diferentes puntos de vista pueden colaborar mejor para crear soluciones a los problemas planteados.
Algunas claves para conseguir la diversidad en la educación infantil
El enfoque pedagógico de cualquier centro que quiera conseguir la diversidad en sus clases pasa por otorgar la misma importancia a cómo se enseña que a lo que se enseña. Algunas de las directrices para conseguirlo son las siguientes:
-
Ambiente. Cualquier tipo de violencia está absolutamente desterrada del aula. Por supuesto, la física, pero también la verbal y la estructural.
-
Métodos de trabajo. Se incentivará la cooperación y los grupos de investigación, así como lo que se conoce como ABP, esto es, el aprendizaje basado en problemas.
-
Herramientas en el aula. Es muy común organizar talleres y el aprendizaje a través de juegos en grupo y basar el desarrollo de las clases en la filosofía para niños.
-
Autoevaluación del profesorado. Al tratarse de una educación más personalizada, el profesorado debe ser exigente con su propio proceso de autoevaluación, pensando cómo sacar todo el provecho del alumnado. No solo al principio y al final del curso, sino también después de cada jornada impartida, analizando el desarrollo diario para intentar mejorar.
El respeto a la diversidad en la educación inclusiva no solo pretende educar a los alumnos en el respeto a los demás, sino que, en el largo plazo, pretende conseguir un mundo más justo y social y medioambientalmente responsable. Un cambio radical en la economía y en la sociedad, por tanto. Un cambio que la humanidad necesita.
Por David Sanz