El calentamiento global, además de tener un impacto significativo en la salud física, puede deteriorar nuestra salud mental prodiciendo estrés postraumático y ansiedad
Entre 2030 y 2050 el cambio climático causará unas 250.000 muertes al año, debido a la malnutrición, el paludismo, la diarrea y el estrés calórico, según la Organización Mundial de la Salud. El calentamiento global, además de tener un impacto significativo en la salud física, puede deteriorar nuestra salud mental. La exposición a fenómenos extremos como huracanes, inundaciones, sequías y altas temperaturas está asociada a mayores tasas de ansiedad, estrés postraumático, depresión e incluso suicidios.
Hay diferentes situaciones provocadas por el cambio climático que pueden tener un impacto en nuestra salud mental, según recoge una revisión publicada en International Journal of Environmental Research and Public Health. Por un lado, habría que tener en cuenta los eventos climáticos extremos que duran días como huracanes, tifones o inundaciones. Por otro, estarían los eventos temporales de larga duración como las sequías o algunas olas de calor. Y por último, los cambios permanentes a largo plazo como las temperaturas más altas, el aumento del nivel del mar y un entorno físico inhabitable.
Los huracanes, inundaciones y olas de calor pueden afectar nuestra salud mental
“La exposición a eventos climáticos extremos como huracanes, tifones, inundaciones e incendios forestales se asocia con un aumento significativo de los problemas de salud mental como el trastorno de estrés postraumático, la depresión y la ansiedad”, explica Lawrence A. Palinkas, profesor de política social y sanitaria que estudia cómo el cambio climático afecta a poblaciones vulnerables.
Algunas personas que han vivido el huracán Katrina (azotó las costas del sureste de Florida en 2005), el huracán María (causó daños masivos en Puerto Rico en 2017) o inundaciones o ciclones en países como Bangladesh padecen ansiedad, trastornos del estado de ánimo, estrés postraumático, dificultades para dormir o una crisis de identidad provocada por la pérdida del lugar y el duelo. Estas consecuencias pueden durar meses o incluso años.
Palinkas asegura que la exposición a olas de calor también “se ha asociado con un aumento del estrés, la depresión y la ansiedad”. Cuanto más largas sean, peor pueden ser las consecuencias en la salud mental. Un artículo publicado en la revista PNAS indica que tanto el calor como la sequía aumentan el riesgo de suicidio y el número de visitas a los hospitales psiquiátricos.
Los conflictos civiles y al colapso de algunas economías agrícolas
Los cambios a largo plazo y duraderos en el medio ambiente (por ejemplo, la erosión costera o el aumento del nivel del mar) también tienen un impacto en la salud mental. Según Palinkas, la exposición a este tipo de cambios está asociada con aumentos en las tasas de suicidio, depresión y ansiedad.
El nivel del mar ha subido entre 21 y 24 centímetros desde 1880, según la Oficina Nacional de Estados Unidos de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA). Y todo parece indicar que la situación va a empeorar. Hasta 2100 es probable que el nivel del mar aumente “al menos 30 centímetros” respecto al nivel de comienzos de siglo. Con la subida del nivel del mar, se espera un aumento de inundaciones en los próximos años en varias partes del mundo.
Los impactos en la salud mental pueden ser provocados por las consecuencias directas (por ejemplo, el estrés por calor) o indirectas del cambio climático, según un artículo difundido en Current Opinion in Psychology. En este último grupo, estarían las pérdidas económicas, amenazas a la salud y el bienestar, desplazamientos y migraciones forzadas o conflictos civiles.
“Estos cambios a largo plazo han contribuido a conflictos civiles en países como Siria y África Oriental (Somalia o Etiopía) y han provocado el colapso de algunas economías agrícolas en África Subsahariana”, afirma Palinkas. El cambio climático, según el experto, también ha provocado, en parte, la migración a gran escala en todo el mundo y un aumento de los conflictos sociales.
Las personas más afectadas viven “en países de ingresos bajos y medios y en áreas rurales de países de ingresos altos”: “Esto se debe a que tienen un mayor riesgo de experimentar los eventos provocados por el cambio climático y tienen menos recursos para prepararse y responder a dichos fenómenos”.
Los autores del artículo publicado en Current Opinion in Psychology confirman que los países pobres sufrirán más el cambio climático porque están expuestos a temperaturas muy altas, dependen más de la agricultura y tienen menos recursos para dedicar a la gestión de riesgos.
La ecoansiedad o cómo algunos jóvenes sufren por el futuro
Los efectos del calentamiento global en la salud mental no acaban aquí: “La amenaza existencial del cambio climático ha provocado una forma de ecoansiedad”, asegura Palinkas. Algunas personas experimentan “temor por el futuro y un sentimiento de impotencia”.
El término ecoansiedad no tiene aún una validez clínica reconocida, pero se ha empezado a utilizar para describir un fenómeno creciente. Ana Pérez Pérez, psicóloga y maldita que nos ha prestado sus superpoderes, explica a que la ecoansiedad es el temor crónico por sufrir un cataclismo ambiental que se produce al observar el impacto aparentemente irrevocable del cambio climático y preocuparse por el futuro de uno mismo y las generaciones futuras.
“Las amenazas generales de un clima cambiante pueden incitar a la desesperación y la desesperanza, ya que las acciones para abordar el 'problema perverso' del cambio climático parecen intangibles o insignificantes en comparación con la escala y magnitud de las amenazas”, afirman los investigadores de un artículo publicado en International Journal of Mental Health Systems.
Los niños, adolescentes y jóvenes corren más riesgo de sufrir ecoansiedad, según Palinkas. El motivo es que, a medida que crezcan, “los cambios ambientales y sus impactos en la vida diaria serán más pronunciados”.
Ocho de cada 10 jóvenes dicen estar preocupados por el cambio climático, según un preprint (un estudio que no ha sido revisado por pares) publicado en la revista The Lancet. Los autores han entrevistado a más de 10.000 jóvenes de 16 a 25 años de 10 países. Más del 50% se siente triste, ansioso, enojado, impotente, indefenso y culpable por el calentamiento global y un 45% asegura que esta crisis afecta a su día a día.
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