Cuando hablamos de discapacidad, solemos mencionar las dificultades que se encuentran en su inclusión sociolaboral. Pero la población que tiene discapacidad también es muy diversa entre sí y pueden encontrarse diferencias muy notables en función de variables como el lugar de residencia, el tipo de discapacidad, el nivel de estudios, la edad o el género.

En este último caso, queremos remarcar cómo el hecho de ser mujer supone una doble discriminación que aumenta su grado de vulnerabilidad. Aunque en el caso del acceso al empleo, no hay diferencias significativas respecto a los hombres con discapacidad, sí que existen otras barreras que les afecta más en otros ámbitos de su vida.

• En España, casi el 60% de las personas con discapacidad son mujeres, según la última Encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia, de Odismet, lo que supone un 10,9% de la población de mujeres de España y cuya proporción aumenta con la edad.

• El 28,8% de las mujeres con discapacidad no supera los estudios primarios, el 18,9 % tiene estudios secundarios, mientras que la formación superior solo la alcanzan el 6,7%. Estos porcentajes en los hombres con discapacidad son del 22,4%, 22,22% y el 7,7%, respectivamente.

• El 8,2% tiene analfabetismo.

• El 15,7% de las mujeres con discapacidad se encuentra en situación de pobreza extrema, tasa muy superior a la de la población española (9,6%) y sensiblemente superior a la de los varones con discapacidad (13,20%).

• El 40% de las mujeres con discapacidad sufre violencia de género, según Inserta Empleo. Como muestran estos datos, la situación de la mujer con discapacidad en España aún tiene mucho recorrido de mejora. Por eso, nos sumamos a la Fundación Integralia DKV, entidad creada por DKV que trabaja por la inclusión laboral de personas con discapacidad, en las reivindicaciones del colectivo para mejorar esta situación.