Reduce el estrés, la ansiedad y la ira; el insomnio, la depresión y la fatiga; mejora el estado de ánimo, la vitalidad y el bienestar psicológico; fortalece el sistema inmunitario; rebaja la frecuencia cardíaca y la tensión arterial
Son solo algunas de sus innumerables bondades, según revela el estudio Baños de bosque, una propuesta de salud, elaborado por el Observatorio de Salud y Medio Ambiente del Instituto DKV de la Vida Saludable, en colaboración con el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
En las últimas décadas, el ritmo acelerado y la progresiva urbanización de las sociedades en las que vivimos han aumentado males como la obesidad, la diabetes, la presión arterial, la ansiedad, el insomnio, el estrés o los estados depresivos. Los espacios verdes ayudan a paliar sus síntomas.
“Muchos de estos trastornos se originan en un estilo de vida acelerado e inconsciente. Los seres humanos generamos estados internos en base a nuestra interacción con los estímulos externos. Los espacios verdes proporcionan una estimulación sensorial óptima para generar estados internos de calma física, claridad mental y confianza emocional, contrarrestando así el estrés característico de la era moderna”, explica Rocío Lacasa, psicóloga experta en Ansiedad y Estrés, y directora de TodoSobreLaAnsiedad.com.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 59% del personal laboral en España sufre esta tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos. No en vano, las bajas laborales debidas a esta causa se sitúan entre el 30% y el 40%.
“El silencio, los sonidos de la naturaleza o la calidad del aire facilitan un descanso físico y mental que renueva la energía crónicamente agotada en los entornos metropolitanos. Promueve el ejercicio físico y reconecta con nuestra parte más primitiva, recuperando sensaciones básicas de placer que suelen perderse en la marea urbana. De ahí la importancia no sólo de tratar, sino de prevenir”, añade Lacasa.
El estudio –la primera publicación en español con evidencias acreditadas sobre los beneficios saludables de los ecosistemas forestales– pretende concienciar a la población sobre la importancia que el medio ambiente tiene para la salud y el bienestar de las personas, así como impulsar los baños de bosque como terapia preventiva.
“Si bien existe una amplia concienciación institucional y social sobre los efectos negativos que la contaminación puede tener en nuestra salud y calidad de vida, las bondades de los espacios naturales en las personas no son tan conocidas”, explica Josep Santacreu, consejero delegado de DKV. “En los tiempos actuales, en los que el estrés, la tensión, la fatiga mental y la ansiedad están a la orden del día, diversos estudios científicos indican que la exposición a la naturaleza se está erigiendo como una recomendación de salud sencilla y beneficiosa tanto para nuestro bienestar mental como físico”, añade.
Tal y como afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud va mucho más allá de la ausencia de afecciones o enfermedades. Es un estado dinámico de completo bienestar físico, mental y social en el cual actúan factores genéticos, culturales, sociales, económicos y medioambientales. En la promoción de la salud, la naturaleza juega un papel fundamental. “No hay duda de que los resultados obtenidos hasta el momento nos permiten posicionar el contacto con los espacios verdes como una práctica saludable y preventiva tanto para enfermedades psíquicas como físicas”, señala Marta Pahissa, responsable de Desarrollo y Gestión de Proyectos de Medio Ambiente de DKV Seguros y coordinadora de la publicación.
Baños de bosque y su origen
A lo largo de la historia evolutiva, el hombre siempre ha estado en contacto con la naturaleza. Hace medio siglo, el 70% de la población mundial vivía en zonas rurales. En 2007, la urbana ya superó a la rural y se prevé que en 2050 dos de cada tres personas vivan en ciudades, según datos del Banco Mundial.
“A pesar de habernos adaptado con éxito a la urbanización de la sociedad, estamos diseñados para vivir en la naturaleza. Si no cuidamos nuestras necesidades básicas de descanso y de movimiento, nuestros sentidos se sobrecargan y atrofian generando todo tipo de síntomas y síndromes de estrés”, advierte la psicóloga Lacasa, que aconseja “recuperar la slow life, no por modas, sino por supervivencia”.
Por eso, las bondades de los espacios naturales se han comenzado a promover –e incluso a prescribir de forma preventiva y curativa– en varios lugares del mundo, como en los países nórdicos o Japón, un lugar muy competitivo con altas tasas de suicidio. Las víctimas certificadas por muerte por exceso de trabajo superaron las 2.000 en el año 2015, según datos del Ministerio de Trabajo japonés.
Desde principios de la década de los 80, Japón fomenta los baños de bosque (‘Shinrin-yoku’) como práctica terapéutica. De hecho, algunas empresas niponas ofrecen a sus trabajadores este método anti estrés inspirado en las tradiciones budistas y sintoístas, que consiste en visitar las florestas y conectar con el entorno empleando todos los sentidos. Así, las sesiones de Shinrin-yoku proponen un paseo entre los árboles, sentándose, estirándose, observando sus diversos elementos naturales y disfrutando de su silencio y sonidos, para aprovechar los beneficios que los espacios verdes tienen sobre la salud física y mental de las personas.
“Se trata de reconectar con la naturaleza y, sobre todo, de realizar un viaje interior”, explica Alex Gesse, guía certificado por la Association of Nature and Forest Therapy (ANFT) y fundador de Shinrin-yoku Barcelona. Son tales los resultados positivos, que actualmente se estima que entre uno y dos millones de japoneses practican baños de bosque cada año en alguno de los múltiples itinerarios forestales terapéuticos certificados por la Agencia Forestal de Japón.
"En Barcelona está creciendo la demanda de este tipo de dinámica de empresa para conectar con la naturaleza. Dejando de lado las estadísticas, observas cómo al cambiar de escenario los empleados interactúan, bajan el ritmo frenético con el que llegan, olvidan por un momento su teléfono móvil, disfrutan del silencio y de los sonidos que rodean la atmósfera”, dice Gesse.
Los Shirin-yoku no son una excursión cualquiera al bosque, sino un paseo meditativo, una actividad terapéutica recomendable para perfiles muy variados y con un amplio abanico de posibilidades para disfrutarlos, tanto por cuenta propia como en compañía de un guía especializado. “Tiene un componente espiritual importante que promueve la comunicación con la naturaleza. Las actividades se centran en percibir el entorno a través de los sentidos. Cada persona interactúa con el bosque como ella es. La mayoría simplemente se relaja. Muchos sienten gratitud hacia el bosque o sienten que les limpia por dentro”, concluye Gesse.
Dónde darse un baño de bosque
La compañía aseguradora DKV Salud ha creado un perfil en la aplicación Wikiloc para sugerir rutas en la naturaleza en las que es posible realizar esta actividad. En todas ellas se consultar la información como el itinerario, la descarga del mapa cartográfico, el equipamiento necesario, su dificultad y duración, comentarios y aportaciones de otros usuarios, así como otras características generales, limitaciones y precauciones que se deben tomar a la hora de realizar baños de bosque. Actualmente, todas las rutas se localizan en bosques de gestión pública, la mayoría son circulares, con un trazado muy claro para evitar pérdidas y con muy poco desnivel. No se trata de hacer running o trekking, sino de sumergirse en el entorno forestal.