Os explicamos cuáles son y qué consejos pueden servir para evitarlos
Con la llegada del verano y de las altas temperaturas, aumenta el riesgo de incendios forestales. Además de que estos fuegos dejan un enorme impacto medioambiental y provocan daños en múltiples infraestructuras, también tienen efectos nocivos en la salud humana.
Tos, ardor en los ojos y otros posibles efectos del humo
El humo de los incendios forestales está compuesto por una mezcla de gases y partículas pequeñas emanadas por la vegetación y otros materiales al quemarse. Respirarlo puede tener efectos inmediatos en la salud, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Javier Abella, técnico en emergencias sanitarias y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), explica que los incendios forestales pueden provocar tos, dificultad para respirar, ardor en los ojos, irritación de la garganta, moqueo, dolor de pecho y de cabeza, cansancio, taquicardias y ataques de asma.
Varios estudios asocian los incendios forestales con un aumento de las consultas en los servicios de urgencias por problemas respiratorios. Por ejemplo, una investigación publicada en la revista Respirology indica que la exposición a partículas finas durante un largo periodo de incendios forestales entre 2006 y 2007 en Australia provocó un incremento de las visitas a los servicios de urgencias por casos de asma.
El humo también puede agravar las enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas, tal y como indican los CDC. De hecho, los bomberos forestales tienen un mayor riesgo de mortalidad por cáncer de pulmón y enfermedades cardiovasculares, según un estudio publicado en la revista Environmental Research.
Los incendios forestales han matado más personas que los actos terroristas en la Unión Europea desde el año 2006 a 2019. “Constituyen un problema de salud pública: conllevan aumentos de ingresos en hospitales por problemas respiratorios, sobre todo en neonatos o pacientes con asma”, señala Víctor Resco de Dios, profesor de Ingeniería Forestal en la Universitat de Lleida y autor del libro Plant-Fire Interactions (2020).
Además, el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) alerta de que el aumento de incendios supondrá un incremento en las muertes tanto de forma directa por los incendios como indirecta por una peor calidad del aire.
¿Cómo evitar respirar el humo de un incendio forestal?
Para reducir los efectos nocivos de los incendios en la salud, lo mejor es evitar respirar el humo. “Preste atención a los mensajes que emitan las autoridades de salud pública y tome precauciones adicionales de seguridad como, por ejemplo, evitar estar al aire libre”, afirman desde los CDC.
Además de consultar a diario la calidad del aire, Abella recomienda impedir que el humo entre en el interior de casas y otros locales. Para ello, lo ideal es mantener cerradas puertas y ventanas. “En caso de utilizar aire acondicionado, se debe cerrar la entrada de aire exterior y mantener el filtro limpio”, afirma el experto.
Para que la contaminación del aire interior no aumente, los CDC aconsejan evitar fumar y pasar la aspiradora, ya que hacerlo puede mover las partículas presentes en el hogar. “Si las concentraciones de humo son altas, no encienda nada que queme como, por ejemplo, velas o la chimenea”, añade.
Cuando no sea posible limitar nuestra exposición al humo, el Centro Nacional de Medios de Protección recomienda utilizar mascarillas FFP2 o FFP3. Abella insiste en que las quirúrgicas no nos protegen contra las partículas nocivas provocadas por el fuego.
Las personas con asma u otra enfermedad pulmonar o cardiovascular deben seguir con la toma habitual de medicamentos y llamar al médico si los síntomas empeoran.
También resulta primordial estar pendiente de las noticias y de la información oficial en redes sociales sobre la evolución del fuego por si fuera necesario evacuar la zona.
Si te quedas atrapado en un interior, Ernesto de Vega Sáenz, bombero que nos ha prestado sus superpoderes, aconseja cerrar la puerta al fuego, huir o refugiarse en una zona con aire limpio, moverse de rodillas (el humo ocupa la parte alta), llamar a los bomberos y jamás bajar por una escalera con humo, ya que “son trampas mortales”.
Qué hacer si estás en el campo en las proximidades de un incendio
Si te encuentras en el campo en las proximidades de un incendio, es importante que llames al 112 para alertar del siniestro. Desde el portal de emergencias del Gobierno de Canarias aconsejan, además, alejarse en la dirección opuesta al viento y, si es posible, entrar en zonas que ya estén quemadas.
“Moje un pañuelo y tápese la cara para evitar el humo”, señalan. Lo ideal es evitar refugiarse en pozos y cuevas. En cambio, sí es recomendable acercarse al agua si se está cerca del mar e incluso entrar en ella si es necesario.
La Dirección General de Protección Civil y Emergencias sugiere huir siempre cuesta abajo y no intentar cruzar las llamas. “Si no hay más salida, cruza donde el frente sea más débil”, añade. En el caso de que se prenda la ropa, habría que evitar correr: “Échate a rodar sobre el suelo y, si tienes una manta, cúbrete con ella”.
Si se está en el coche, el Gobierno de Canarias recomienda hacer una pausa en un lugar protegido, cerrar las puertas y las ventanas y detener la ventilación. “Encienda los faros para que le puedan encontrar en medio del humo”, sugiere.
“Menos bulos, más rigor científico” es un proyecto de DKV Salud con contenido editorial de Maldita.es.