¿Alguna vez has usado un cepillo de dientes de bambú? Te mostramos todos los beneficios de pasarte a esta alternativa ecológica
El uso de plásticos y la producción masiva de objetos con este material son algunas de las principales causas de impacto negativo en el medioambiente. Así, productos tan simples y cotidianos hechos de plástico como peines o maquinillas de afeitar generan residuos muy difíciles de reciclar y con un alto componente contaminante. En este artículo vamos a abordar una alternativa ecológica y biodegradable de uno de los objetos de uso más común: el cepillo de dientes de bambú.
Una persona que viva en torno a los 80 años usará en su vida unos 300 cepillos de dientes, dado que es aconsejable cambiarlo cada tres meses. En España, se venden al año 160 millones de cepillos de plástico, lo que se traduce en un desecho de 2.800 toneladas de residuos plásticos. Sin embargo, estas alarmantes cifras de contaminación pueden revertirse si consideramos la posibilidad de sustituir el plástico por componentes compostables, como el bambú.
Historia de los cepillos de dientes de bambú
A pesar de que los productos ecológicos están en alza y suelen asociarse a una tendencia “moderna”, los de bambú son considerados unos de los cepillos más antiguos de los que se tiene constancia. De acuerdo con los historiadores, el cepillo de bambú lo implementó el emperador chino Hongzhi de la dinastía Ming en 1498. Su cepillo constaba de un conjunto de cerdas de jabalí o cerdo atadas a un mango de caña de bambú. Previamente a esto, hay registros de cepillos elaborados con huesos de animales.
¿Cepillo manual o eléctrico? ¿Cómo tengo que usar la seda dental? ¡Sal de dudas! [DESCARGA LA GUÍA GRATUITA] Conoce también nuestro seguro dental.
El cepillo de plástico vs el cepillo de bambú
Hay muchas razones por las que cambiar de un cepillo de dientes de plástico a un cepillo de dientes de bambú, y casi todas remiten a un consumo más sostenible de productos dentro de los hogares. Por ello, hemos recopilado algunas ventajas que podrían hacer que te decidas por esta alternativa ecológica:
-
¡Es biodegradable! Esta es la razón fundamental para cambiar de un cepillo a otro. Mientras que un cepillo de dientes de plástico puede llegar a tardar hasta 400 años en desaparecer, a uno de bambú solo le toma 6 meses descomponerse en la tierra.
-
Es un buen paso hacia una “desplastificación” de nuestra casa. Las cifras de usos de plásticos siguen siendo muy alarmantes. No solo por la huella ambiental de su producción, sino, como ya hemos mencionado, por la dificultad de estos productos para ser reciclados. Por lo tanto, empezar a cambiar nuestros objetos de uso diario por alternativas más sostenibles es un paso adelante en el cuidado de nuestro planeta.
-
Se puede encontrar en cualquier parte. Hace un tiempo, un cepillo de dientes de bambú era un objeto “exótico” y, por lo general, solo podía conseguirse en tiendas especializadas. El aumento de demanda de productos sostenibles en los últimos años ha facilitado el acceso a ellos, pues hoy en día es muy común encontrarlos en nuestro supermercado de confianza.
-
No supone una gran diferencia en el precio. A menudo, tendemos a asociar una alternativa ecológica con un incremento del precio del producto, pero en el caso de los cepillos de dientes de bambú, la diferencia en el coste es generalmente de algunos céntimos, una cifra que varía dependiendo del proveedor y la marca.
-
El bambú es antibacteriano. En general, los cepillos de dientes albergan muchas partículas y bacterias provenientes de nuestro cuarto de baño y nuestra cavidad bucal. El bambú cuenta con propiedades antibacterianas, lo que lo convierte en una opción más higiénica y segura para nuestros dientes.
-
Cumple la misma función que un cepillo de plástico. No hay que renunciar a la calidad de la limpieza.
Cómo reciclar un cepillo de dientes de bambú
Para reciclar correctamente un cepillo de dientes de bambú es aconsejable retirar las cerdas con unas pinzas (según su material y composición, irán a un contenedor o a otro) para desecharlas por separado. Al estar hecho de un material biodegradable, el mango puede incluso enterrarse en el jardín para su descomposición, pero también puede tener una segunda vida, como estas ideas que te damos para reutilizar tu último cepillo:
-
Pinceles para manualidades
-
Compostaje para tus plantas
-
Removedor de pinturas en lata
-
Marcos de fotos
-
Juguetes para mascotas
-
Si cuentas con un pequeño huerto en casa o macetas, se puede clavar en la tierra y escribir el tipo de planta que estamos cultivando
-
Las cerdas, puede usarse como limpiador de áreas pequeñas y poco accesibles como juntas de azulejos, teclados de ordenador, grifos o ralladores de queso.
¿Qué puede hacer un cepillo de dientes de bambú por el medioambiente?
La huella ecológica, un término que ya hemos mencionado anteriormente, es el cálculo del impacto que una acción o producto tiene en el medioambiente. Conocer las consecuencias de nuestro consumo nos permite ser más conscientes de qué tipo de productos y materiales pueden ayudar a mejorar la situación de nuestro planeta.
Así, los cepillos de dientes de plástico generan en su fabricación, transporte y posterior desecho un alto coste medioambiental por provenir de derivados del petróleo. Al estar compuestos de diferentes tipos de plásticos y nylon, el reciclaje de estos utensilios es prácticamente imposible. Esta dificultad hace que gran parte de los cepillos que van a la basura acaben en el mar, lo que ha provocado que el 1% de los plásticos vertidos en los océanos sean cepillos de dientes. Sin embargo, el bambú es una planta que crece con bastante rapidez y que no requiere de cuidados especiales. Esto hace que su cultivo, producción y recolección sea muy simple y, al ser materia vegetal, su reciclaje sea mucho más eficiente y asumible por parte de la naturaleza.
Utilizar un cepillo de dientes de bambú parece un gesto insignificante para cambiar el mundo, pero no hay que subestimar la importancia de cada pequeña acción para el cuidado del planeta. Si, poco a poco, todos empezamos a utilizar alternativas más sostenibles, el consumo de plástico se irá reduciendo progresivamente, un objetivo muy positivo que comienza con algo tan sencillo como cepillarse los dientes de una forma más consciente y responsable con el medio ambiente.