Eulalia Valldosera
Vilafranca del Penedès, 1963
Pionera en un modo de hacer multidisciplinar, su obra se articula en torno al fenómeno lumínico. En su instalaciones, performances y fotos crea espacios psicológicos mediante objetos cotidianos para confrontarnos con nuestras sombras psíquicas. Aún enfocada en este fenómeno perceptivo, recientemente vive un cambio de paradigma al decidir trabajar con la luz solar y expandir sus actividades al estudio de los cuerpos sutiles que conforman a los seres y a las cosas.
Mediante el dibujo y la palabra propone viajes del alma en forma de video-mensajes, dando voz a las entidades naturales y practicando la arqueología psíquica para leer la memoria de espacios, seres y objetos históricos. Realiza performances en estados alterados de conciencia en museos (Los otros invisibles, Thyssen y Museo Picasso, 2019), en míticas ruinas (Plastic Mantra, 2016), o templos (Nave Nodriza, Bologna 2020), trabajos en los que su cuerpo se convierte en antena y anclaje de un nuevo lenguaje para mediar entre los diversos estratos de nuestra realidad. En sus multitudinarias sesiones de Dibujo y Energía monitoriza y canaliza los dibujos de los participantes categorizando su actual labor artística como una forma de mística activista.
Presente en multitud de bienales internacionales desde la década de los 90, representó a nuestro país aún siendo aquí una desconocida. Su retrospectiva en la Fundación Tàpies de Barcelona en 2001 fue la exposición más visitada de ese año y le valió el premio Nacional de Artes plásticas catalán. Lo siguió el Museo Reina Sofía (2009) en el que presentó un innovador proyecto de sonido, sus botellas interactivas, envases de productos de limpieza intervenidos digitalmente que emitían voces y ofrecían borrar aquellos eventos que uno no desea recordar no sin antes pronunciarlos y grabarlos en su interior, iniciando una actitud participativa o co-creativa de concebir la práctica artística.