Explotación infantil, por qué se sigue produciendo

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Afecta al desarrollo personal y emocional de los menores durante toda su vida

explotación infantil
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En pleno siglo XXI, en la era de la comunicación instantánea y los viajes al espacio al alcance de cualquier persona, la explotación infantil sigue existiendo en el mundo. Miles de niños y niñas trabajan en condiciones cercanas a la esclavitud por todo el mundo y, en el peor de los casos, son víctimas de explotación sexual o la trata infantil.

Causas de la explotación infantil

¿Cómo es posible, entonces, que en el siglo XXI siga existiendo la esclavitud de millones de niños y niñas? Se produce por varias causas que detallamos a continuación:

  • Pobreza. Obviamente, las familias sin recursos son las que sufren esta problemática. Sin las necesidades básicas cubiertas no es fácil proteger a los más pequeños. En ocasiones, los propios progenitores creen, erróneamente, que las ofertas de trabajo para sus vástagos mejorarán sus vidas. En este sentido, la mejor forma de combatir a las mafias que se lucran con la explotación de los más pequeños es ayudar a las familias de estos menores y, especialmente, brindando a niños y niñas una educación.

  • Tráfico de niños. En países en vías de desarrollo donde se necesita mano de obra barata, empresas sin escrúpulos permiten que menores de edad trabajen en fábricas, en la minería, en labores del campo o en las calles. No solo están privando a los menores de una educación que les aseguraría un futuro mejor, sino que arriesgan su integridad física, cuando no su vida, al exponerlos a accidentes laborales y enfermedades.

  • Abandono. Menores abandonados, niños y niñas cuyos padres mueren y sin ninguna red familiar que los proteja, están obligados a buscarse la vida para poder sobrevivir. Es en este caso cuando se convierten en esclavos sexuales o en niños soldados. Es el círculo vicioso de la guerra: mueren los padres y los hijos continúan matando, muchas veces drogados, en una interminable matanza de civiles que dejará nuevos huérfanos.

  • Falta de educación. Quien no puede acceder a una educación mínima es más proclive a caer en las redes de trabajo infantil. Las escuelas aseguran un futuro mejor para los menores y les permiten jugar, aprender y relacionarse con personas de su misma edad e intereses.

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Niños haciendo clase de inglés en una pequeña localidad de Camboya
  • Discriminación. En sociedades cerradas, en culturas esclavizadas por la religión, ser diferente puede ser un problema muy serio. La soledad y la marginación social pueden llevar a los menores a buscar refugio en las peores compañías.

  • Costumbres ancestrales. Aún existen países que cuentan con comunidades rurales en las que cualquier persona de más de 10 años se debe comportar como un adulto y, por tanto, puede y debe trabajar. También se pueden concertar matrimonios a partir de esa temprana edad.

  • Género. En algunos países, ser mujer (o niña, en este caso) ya supone una falta de derechos con respecto a sus iguales varones, y se les puede obligar a trabajar, así como prohibir acudir a la escuela. 

Formas de explotación infantil

La explotación infantil es la utilización de menores en cualquier tipo de trabajo, ya sean labores normales, situaciones peligrosas u obligándoles a mantener relaciones sexuales. Al comienzo de la Revolución Industrial, en el incipiente capitalismo global que comenzaba a desarrollarse, primero en Inglaterra, Francia, Alemania y Estados Unidos, y, más tarde, en todo el mundo, el trabajo infantil fue una práctica llevada a cabo por muchas empresas, en especial las compañías de extracción de carbón, las fábricas con hiladoras de algodón (tan pequeñas que solo las manos de los niños y niñas podían manipularlas), otro tipo de fábricas, y en trabajos como limpiadores de chimeneas, mensajeros, acarreador de equipajes, etc.

Afortunadamente, la lucha obrera por conseguir condiciones dignas de trabajo para los adultos y por prohibir el trabajo infantil, lograron que los niños y niñas no tuvieran nunca más que trabajar hasta que fueran adultos. Al menos, en los países desarrollados, ya que aún existe explotación infantil en diversos países del mundo.

Los trabajos que se obliga a hacer a los niños y niñas son diversos:

  • Trata infantil. Según la organización Save the Children, este negocio mueve más de 23 millones de euros al año. La globalización y la pobreza facilitan la existencia de esta lacra. 

  • Explotación sexual. Millones de niños y niñas son explotados sexualmente en la actualidad, ya sea obligando a los y las menores a ejercer la prostitución o a participar en sesiones de pornografía. Además de los propios explotadores directos, el turismo sexual es el gran culpable de este tipo de esclavitud.

  • Menores en ejércitos. Angola, Afganistán, Sierra Leona, Sudán del Sur son solo algunos de los países que han sufrido guerras en las que se han usado a niños soldados. Caudillos militares sin escrúpulos son capaces de contar entre sus filas con niños a partir de 7 años

  • Matrimonio. En algunas sociedades, los padres tienen aún la potestad de decidir el futuro de sus hijos e hijas, incluyendo la decisión de con quién se deben casar y pasar el resto de su vida. Esta situación afecta especialmente a las mujeres: se calcula que, en los próximos diez años, cien millones de niñas serán obligadas a casarse antes de entrar en la edad adulta. 

  • Trabajo infantil. En canteras de minas, en la agricultura, en fábricas o en talleres de costura. En ocasiones, se trata el trabajo como una deuda que los menores tienen que pagar al patrón

  • Trabajo doméstico. En un estado de semiesclavitud, millones de niños y niñas trabajan como empleados domésticos. No solo eso. En el peor de los casos, sufren accidentes por las planchas que usan, flagelaciones provenientes de castigos o quemaduras graves producidas por agua hirviendo.

Algunos datos sobre la explotación de menores

No hay que cometer la equivocación de pensar que este problema es casi inexistente en el mundo actual. Todo lo contrario. Y los siguientes datos lo demuestran:

  • Más de 150 millones de menores trabajan en todo el mundo, impidiendo su normal desarrollo, su acceso a una mínima educación y exponiéndose a accidentes, enfermedades y, en el peor de los casos, la muerte.

  • En África, se calcula que alrededor de un 20% de los menores se encuentra en una situación de trabajo infantil.

  • La mayoría de los menores que trabajan lo hacen en cultivos como el café, la caña de azúcar o el algodón. Pero también se usan niños y niñas en los servicios y la industria, en especial, en la extracción de minerales.

Cómo acabar con este terrible problema

Ningún país decente puede defender o justificar la explotación infantil y es tarea de todos acabar con ello en todo el mundo. Algunas vías para lograr acabar con esta problemática son las siguientes:

  • Llegar a acuerdos internacionales para prohibir completamente y sin ninguna distinción el trabajo infantil

  • Establecer leyes que impidan trabajar a menores

  • Impulsar la educación gratuita y de calidad para todos los niños y niñas

  • Organizar talleres de sensibilización que expliquen este problema

La explotación infantil o esclavitud infantil es una vergüenza para todo el mundo, pero especiamente, para los países ricos, ya que son ellos quienes tienen los recursos y el poder para lograr que este problema desaparezca de todas y cada una de las sociedades del mundo. No caben más excusas. Ningún menor debería trabajar en un mundo civilizado. Ninguno. 


David Sanz


Fuentes

https://www.savethechildren.es/trabajo-ong/pobreza-infantil/pobreza-y-explotacion-infantil

https://es.wikipedia.org/wiki/Explotaci%C3%B3n_infantil

https://www.savethechildren.es/trabajo-ong/pobreza-infantil/pobreza-y-explotacion-infantil

https://www.educo.org/Blog/Explotacion-infantil-que-es-y-consecuencias-ninos

https://www.educo.org/Blog/Explotacion-infantil-que-es-y-consecuencias-ninos