¿Sabes cómo consumir la sal? Aprende a beneficiarte de sus propiedades “Por un consumo responsable de la sal”

Somos muchas cosas en una sociedad que intenta, exasperadamente, poner etiquetas y definir cada aspecto de una persona

Pero existe un aspecto que todos los humanos tenemos en común. Todos somos una misma cosa que se mantiene estática e igual, sin excepciones. Por mucho que pasen las eras o los años: somos lo que comemos.

Constancia

Sí, tal y como lo lees. Dependemos de la alimentación, esa a la que tanto infravaloramos y que muchas veces sacrificamos. Sabemos que, conforme nos hacemos adultos, nos faltan horas del día, y al final, esos minutos que podríamos invertir en una dieta saludable, los invertimos lo primero que pillamos en nuestra nevera, sin importar el daño que le haga a nuestro cuerpo. “Total, solo es un día”, y al final los días se acaban acumulando.

En DKV nos encargamos de contactar con los mejores especialistas en temas de bienestar para conseguir un asesoramiento pleno a la hora de comunicar, y podemos decir firmemente que la palabra más importante a la hora de cuidarse es una: constancia. Queremos cambiar la forma de ver una dieta, y empezar a cuidar los hábitos sin presiones. De este objetivo nace el manifiesto: Por un consumo responsable de la sal de manos del dietista y nutricionista Carlos Ríos, promotor y creador de la tendencia Realfooding.

¿Qué estamos haciendo mal?

No somos inmortales, tampoco es el objetivo, pero conviene estar informados para lograr ese punto de libertad en el que podamos consumir de forma responsable. Con este manifiesto, pretendemos advertir sobre los riesgos de las excesivas cantidades de sodio que aporta la sal en los ultraprocesados.

La ingesta de sodio mundial se eleva un 86% más que la cantidad de referencia en 181 de 187 países del mundo, pero eso no es lo peor, porque cuando se combina con azúcares añadidos y grasas saturadas, supone una bomba de relojería para nuestro cuerpo. ¿Por qué ha aumentado el consumo de las propiedades de la sal?

Partiendo de que el consumo de sodio recomendado en adultos es de 2,0 g diarios, el 70-75% del sodio que se consume extra procede de la ingesta de ultraprocesados, y ese es el problema. Estos últimos, también contribuyen al 50% de la ingesta total energética de los países occidentales. ¿Cómo se traduce esto? En que a medida que aumenta el consumo en alimentos altamente procesados, también lo hace el consumo de sodio, grasas saturadas y azúcares añadidos.

La sal empezó a consumirse hace más de 10.000 años, entre otras cosas, para conservar bien los alimentos. ¿No es sorprendente que el índice de consumo no haya cambiado apenas con el que consumimos ahora y, sin embargo, ahora nos perjudica?

El cambio en este suministro de alimentos es uno de los causantes de enfermedades cardiovasculares o hipertensión. Con esto queremos decir que la sal, una de las fuentes principales de yodo, es completamente necesaria y no se debe limitar su ingesta, pero debe consumirse de forma responsable y alejada de combinaciones explosivas.

¿Qué estaremos haciendo bien?

Una medida directa contra un consumo excesivo de sal es evitar el consumo de los ultraprocesados a través de una dieta con conocimiento. Es una apuesta segura, ya que no solo ayuda a reducir las cantidades de sodio, sino que también limita el consumo también de azúcares añadidos y de grasas saturadas, las otras dos protagonistas de la trilogía del Instituto DKV de la Vida saludable.

Descarga el Manifiesto de la sal