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La discapacidad por pérdida auditiva puede tener diferentes grados en función de lo profunda que sea la sordera. Pero, en cualquier caso, las personas que la padecen deben afrontar en su día a día una serie de dificultades propias de su condición.
Por suerte, la evolución de la tecnología y la técnica están dando lugar a soluciones como los implantes cocleares, que son muy eficaces para contrarrestar la discapacidad por pérdida auditiva.
¿En qué consiste la discapacidad por pérdida auditiva?
En este caso, hay que diferenciar entre dos conceptos diferentes. Por un lado, está la pérdida auditiva (la deficiencia o sordera), que consiste en una reducción de la capacidad natural para oír sonidos. Por otro lado, está la discapacidad auditiva, que es el conjunto de limitaciones en la actividad de una persona que aparecen como consecuencia de la pérdida de oído y de las barreras que hay en el entorno.
Se dice que una persona tiene discapacidad auditiva cuando ha perdido total o parcialmente su capacidad de oír, con independencia de si el problema afecta a un oído o a ambos.
Tipos de discapacidad auditiva
La clasificación de discapacidad por pérdida auditiva puede hacerse en función de diferentes factores.
Por la causa que la genera
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Conductiva. Cuando hay un problema en el oído externo o medio. En estos casos lo habitual es que la persona oiga menos.
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Neurosensorial. Implica una afectación de la cóclea o el nervio auditivo.
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Central. En algunos casos la sordera se produce por un problema en el procesamiento auditivo del cerebro.
Por el momento de inicio
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Prelocutiva. Aparece antes de que la persona aprenda a hablar y puede dificultar su comunicación.
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Postlocutiva. Se produce una vez que la persona ya ha adquirido el lenguaje.
Por alcance
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Unilateral o bilateral.
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Simétrica o asimétrica.
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Súbita o progresiva.
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Estable o fluctuante.
Por grado
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Leve. Cuando el paciente tiene problemas únicamente para percibir sonidos suaves o para escuchar de forma clara en un entorno ruidoso. La pérdida auditiva en este caso es de entre 20 y 40 dB.
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Moderada. Requiere un esfuerzo constante para escuchar y, en la mayoría de los casos, el uso de audífonos puede mejorar la audición. Implica una pérdida auditiva entre 41 y 70 dB.
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Severa. Existe una notable dificultad para escuchar todo tipo de sonidos, incluso los más fuertes. La pérdida auditiva está entre 71 y 90 dB.
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Profunda. Supera los 90 dB, lo que implica una total incapacidad para percibir sonidos.
Factores que pueden causar una discapacidad por pérdida auditiva
La ausencia o pérdida del sentido del oído puede estar provocada por múltiples motivos.
Causas congénitas
Hay factores genéticos que desembocan en una sordera de mayor o menor grado. Por ejemplo, las malformaciones durante la etapa de desarrollo del oído en el vientre materno o las infecciones prenatales.
Causas sobrevenidas
Cuando la sordera no es de nacimiento, puede estar provocada por causas como:
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Infecciones del oído.
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Exposición prolongada a ruidos fuertes.
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Traumatismos craneales o en el oído.
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Tapones de reumen.
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Envejecimiento.
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Tumores.
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Enfermedades autoinmunes como el síndrome de Ménière.
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Consumo de medicamentos ototóxicos como ciertos antibióticos.
Señales y síntomas de que algo no va bien en el oído
Cuando la sordera no se tiene de nacimiento, hay una serie de señales a las que hay que prestar atención, porque indican que puede haber un problema en el oído.
El síntoma más evidente es que se tiene dificultad para seguir conversaciones, especialmente en los entornos con ruido. Además, es común que se tenga que subir el volumen de la televisión o del teléfono para poder hacer la escucha.
Algunas personas tienen síntomas como acúfenos (tinnitus) y/o hiperacusia (molestia ante los sonidos normales).
En cualquier caso, la pérdida de audición solo puede diagnosticarla un especialista. Los métodos más utilizados incluyen:
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Audiometría tonal, para medir los umbrales de audición por vía aérea y ósea.
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Audiometría verbal, para detectar el umbral de recepción del habla y el porcentaje de palabras entendidas.
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Impedancia y timpanometría, para conocer el estado del oído medio.
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Otoemisiones y potenciales evocados. Se utilizan en recién nacidos y en pacientes no colaborativos.
El certificado de discapacidad auditiva
Este documento de carácter oficial da fe de que una persona tiene un problema de audición que le dificulta llevar una vida normal. Para obtenerlo, hay que contactar con el organismo de valoración de la comunidad autónoma y pedir cita para una evaluación médica.
Tras el estudio médico, se emitirá (si corresponde) el certificado de discapacidad auditiva con el grado de discapacidad reconocido.
Esto permite a quienes tienen problemas de audición tener acceso a prestaciones sociales, ayudas económicas, a la subvención de productos que puedan mejorar su día a día, e incluso el acceso a puestos de trabajo reservados a personas con discapacidad.
Preguntas frecuentes sobre la discapacidad por pérdida auditiva
¿Se puede prevenir la pérdida de audición?
Sí, se pueden tomar medidas en el día a día que ayudan a conservar la salud del oído. Por ejemplo, no abusar del uso de auriculares; escuchar música o la televisión a un volumen no demasiado alto; usar tapones para los oídos u orejeras en ambientes muy ruidosos; no introducir hisopos ni otros objetos para limpiar el oído y secarlo bien al salir del agua.
¿Los audífonos proporcionan una audición normal?
Aunque son una ayuda muy útil para la comunicación y mejoran el día a día de las personas que han perdido audición, por sí mismos no restauran la audición al nivel normal. Lo que sí se aprecia es una notable mejoría a la hora de comunicarse, porque el habla resulta más fácil de escuchar y entender.
¿Cómo afecta la pérdida de audición a la vida diaria?
Cada persona puede experimentar diferentes dificultades, pero lo más habitual es:
- Dificultad para seguir conversaciones, especialmente en grupos o si hay ruido alrededor.
- En la infancia, limita el desarrollo del lenguaje verbal.
- Aumenta el riesgo de aislamiento si no se trata.
- Puede impactar en la vida laboral, social y emocional de la persona.
¿Hay ayudas económicas para las personas que han perdido audición?
Si se tiene un certificado de discapacidad auditiva se tiene derecho a acceder a diferentes subvenciones y otras medidas establecidas en favor de personas con discapacidad.
La discapacidad por pérdida auditiva puede aparecer a cualquier edad. Aunque no se puede curar, un diagnóstico temprano ayuda a mejorar la calidad de vida de quien la padece. Por eso, ante la aparición de síntomas, lo mejor es consultar con un especialista.
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