Hablamos con Cristina Ribes, directora ejecutiva de Gasol Foundation, una entidad fundada en 2013 por los hermanos Gasol y que trabaja para reducir las cifras de una de las peores epidemias de nuestro siglo: la obesidad infantil.

Una de vuestras líneas de actuación son los programas de promoción de hábitos de vida saludable entre niños, niñas y familias, principalmente aquellas que se encuentran en situación de vulnerabilidad. ¿Es esta promoción de hábitos de vida saludable la auténtica solución a la obesidad infantil?
La promoción de hábitos saludables es una herramienta clave para la prevención, pero ¿qué entendemos por hábitos saludables? Hay una creencia muy arraigada que es que la causa de la obesidad es debido a la vida y a la responsabilidad individual de las personas. Es muy común que, cuando un niño o niña tiene obesidad, se diga ‘mira, esos padres no cuidan bien a sus hijos’.
Pero la realidad es que es un problema multifactorial, que no depende únicamente del estilo de vida del niño o niña (como la alimentación, la actividad física, el uso de pantallas, etc.), sino también de su contexto, lo que llamamos determinantes sociales. Algunos de ellos son, por ejemplo, la situación económica de su familia, que determina si pueden pagar extraescolares o la alimentación que se pueden permitir; la conciliación familiar; o el barrio donde viven, si tienen zonas verdes o son seguros para hacer actividad física o deporte.
Por eso, a través de nuestros programas, no solo queremos promocionar estilos de vida saludable (alimentación saludable, actividad física, mejora del sueño y bienestar emocional), sino que también queremos influir en ese entorno donde viven los niños, niñas y adolescentes.
¿Hasta dónde llega esta realidad en la sociedad española? Según el estudio PASOS de la Gasol Foundation, el 33,2% de los niños y niñas de entre ocho y 16 años tienen exceso de peso en España, un 21,6% de ellos sobrepeso, y un 11,6% obesidad. ¿Es una tendencia que va a peor?
No nos gusta hablar solo de las cifras del estado ponderal de los niños o niñas, sino de lo que hay detrás de ellas, que son los estilos de vida. Este estudio PASOS, del que llevamos dos ediciones, es transversal y nos da una fotografía exacta de lo que sucede en España con los niños y niñas de entre 8 y 16 años.
Comparando los datos de 2019 con los de 2022-2023, vimos que los estilos de vida se deterioraron más en los últimos 4 años que en los últimos 20. En las cifras de obesidad todavía no se observa mucho cambio, pero si nos centramos en los estilos de vida, nos preocupa que han empeorado muchísimo.
No olvidemos que vivimos en entornos obesogénicos, que nos incita a llevar un estilo de vida poco saludable (vamos en coche a todos sitios, rapidez, estrés, ansiedad, pantallas, alimentos ultraprocesados, pobreza infantil, etc.). Siempre decimos que la obesidad infantil en sí no es un problema, sino un indicador de que algo no va bien en el desarrollo.
Tenéis algunos proyectos que inciden directamente en familias en situación de vulnerabilidad debido a la estrecha relación que existe entre pobreza y obesidad infantil. ¿Nos puedes hablar un poco de estos programas?
La correlación es clara. Nuestro estudio PASOS también lo demuestra. Los niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad tienen 2,5 veces más probabilidad de presentar obesidad que el promedio de la población infantil en España. Cuando hablamos de obesidad severa se agrava todavía más: la probabilidad asciende a seis veces más.
Para paliar esto, tenemos cuatro líneas de intervención: primera infancia, escuelas, entidades sociales, y entidades deportivas. Son programas donde siempre implicamos a las familias y al ecosistema escolar, porque son claves y ellos deben ser los primeros en convertirse en promotores de hábitos de vida saludable.
¿Cómo es posible que en la era de la comunicación, en la que más información disponemos para seguir un estilo de vida saludable, sea quizá una de las peores en cuanto a hábitos?
Lo primero que hay que señalar es que este empeoramiento de hábitos de vida saludable no es equitativo ni afecta de igual modo a toda la población. Quien más acceso tiene a toda esa información son las familias más favorecidas socioeconómicamente. De hecho, nos preocupa este relato, porque precisamente pone el foco en la voluntad individual de la persona, sin tener en cuenta su contexto.
Imagínate a una madre que tiene dos hijos, que llega del trabajo a las nueve de la noche, ve un post en redes sociales de otra madre estupenda que está todo el día cocinando para su familia… Le generará sensación de frustración. Creo que precisamente esto acrecienta la brecha de las desigualdades. Nuestro trabajo en la fundación es ver cómo las reducimos.
La obesidad infantil es una condición de salud multifactorial donde no solo entra en juego una alimentación no saludable o el sedentarismo, sino también falta de sueño o bienestar emocional. ¿Cómo concienciamos a las personas de la importancia de adoptar un enfoque integral de la salud?
Primero de todo, creemos que es muy importante contar con la complicidad de las familias y de la comunidad educativa. Es fundamental. Básicamente, trabajamos en los cuatro principales factores determinantes de la obesidad infantil, que son la alimentación, la actividad física, el sueño y el bienestar emocional.
Está demostrado que, si no duermes bien, llevas una peor alimentación, por poner un ejemplo. Una de las gamificaciones que hacemos para explicárselo a niños, niñas y familias ilustran muy bien estos cuatro factores. Cada uno de ellos es un planeta, al que les invitamos a explorar.
En el de la alimentación, por ejemplo, trabajamos la importancia de cenar en familia, de probar nuevos alimentos, o de apagar las pantallas mientras comemos. Van viajando por los diferentes planetas de nuestra “Galaxia Saludable”: una metáfora que se basa en la evidencia científica y que escapa un poco del binomio alimentación y deporte.
En los últimos años, hay opiniones un poco polarizadas respecto al movimiento ‘bodypositive’. Hay quienes consideran que este movimiento realiza cierta apología o blanqueamiento de la obesidad. Por el lado contrario, el movimiento considera esta interpretación como una muestra más de gordofobia. ¿Qué opinas?
Nos ha tocado vivir un contexto de máxima polarización. Creo que tenemos que reducir el estigma alrededor del peso. La realidad es que muchas personas se sienten discriminadas, lo que contribuye a aumentar su aislamiento social. Creemos que es normal que cuando un colectivo se siente discriminado se produzca una reacción de la sociedad civil para contrarrestarlo. Somos conscientes y muy sensibles ante esta estigmatización.
Habéis firmado recientemente un protocolo con el Ministerio de Sanidad para desarrollar el Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil. Al menos sí parece que las administraciones públicas se toman la problemática en serio y hay un compromiso firme para hallar soluciones, y además en alianza con el tercer sector ¿Qué opinas de ello?
El Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil se aprobó en 2022, y nosotros venimos trabajando en su elaboración desde entonces como aliados estratégicos. Está siendo reconocido en el ámbito internacional como buena práctica, apareciendo en medios tan relevantes como The Economist. Creemos que es muy positivo porque contempla más de 200 medidas dirigidas a cambiar el entorno donde los niños crecen, superando las falsas creencias en cuanto a obesidad infantil.
El entorno familiar, el educativo, el urbano, el digital, el sanitario, el de ocio y tiempo libre… son determinantes en el estilo de vida de los niños, niñas y adolescentes. Hacer estos entornos más saludables contribuirá a mejorar sus estilos de vida. España está haciendo mucho hincapié en reducir la pobreza infantil.
Nosotros, desde la fundación, trabajamos para que se incluya en este programa la promoción de la salud, que también contribuye a mitigar la pobreza infantil. Precisamente, como es tan transversal, se ha creado una comisión interministerial, en la que participan todos los ministerios. Creemos que es muy positivo.
¿Crees que las empresas jugamos también un rol importante en la prevención de la obesidad infantil? ¿Cómo podemos contribuir a ello?
Con las empresas hay un punto muy importante. Hay un tema de justicia social que hay que abordar. Ciertas compañías obtienen muchos beneficios con la producción y comercialización de productos altos en azúcares y grasas saturadas, cuyo consumo tiene un impacto en la salud de los niños, niñas y adolescentes, Las enfermedades asociadas a la obesidad infantil tienen consecuencias muy preocupantes para los niños y que incrementan el coste sanitario para tratarlas.
Por eso, organismos internacionales como UNICEF o la OMS están promoviendo que todos los Estados miembro regulen el marketing dirigido a niños de productos no saludables, porque tenemos que garantizar el derecho a la salud de todos ellos. Por otro lado, es muy importante que todas las empresas dispongan de políticas que fomenten la conciliación familiar, y no solo aquellas con trabajadores cualificados, si no, precisamente, también con personas con menos cualificación.
¿Crees que el hecho de tener detrás a dos grandes referentes del deporte como los hermanos Gasol ayuda a la concienciación?
Obviamente, sí. Marc y Pau han apostado por una fundación profesionalizada donde cada uno juega su rol, y lo hacemos en equipo. Actualmente, en España somos 28 profesionales, un equipo multidisciplinar y experto en promoción de la salud, especialmente con niños y familias en situación de vulnerabilidad. Nuestras iniciativas y programas las basamos en la evidencia científica más reciente, tenemos capacidad investigadora para realizar estudios observacionales y estudios de intervención, desarrollando programas innovadores de promoción de la salud y que sigue la metodología científica para garantizar su rigurosidad y su impacto.
Esto, junto al liderazgo de dos referentes como son Pau y Marc -no solo en el ámbito deportivo, sino también el social-, hace la combinación perfecta que contribuye a nuestra credibilidad como organización y aumentar nuestro impacto en a favor de la salud infantil. Ambos tenían muy claro que el legado de la fundación tenía que trascender a su carrera deportiva, y para eso la gestión tenía que ser profesionalizada y contar con personas expertas en el ámbito de la salud infantil.